De la tragedia del Metro ocurrida el pasado 3 de mayo no hay responsables aún cuando el equipo de peritos (empresa noruega DNV), en voz de su director Enckhard Hinrichen se comprometió a que el 14 de julio se presentaría a la opinión pública el segundo avance de su investigación. La fecha pasó inadvertida, hubo incumplimiento y Claudia Sheinbaum evadió intencionalmente el asunto. Y esto es muy delicado.
AMLO ha querido señalarnos que para él Sheinbaum y Ebrard son presidenciables y pregunto: ¿en base a qué? los dos representan y forman parte de un gobierno que va de fracaso en fracaso. Ellos, Sheinbaum y Ebrard se han dedicado a cumplir las órdenes y ocurrencias del presidente perdiendo autonomía, libre ejercicio y determinación. Han ido sumándose al deterioro del país.
Volvamos al caso del Metro, Sheinbaum y Ebrard están muy, pero muy comprometidos con este caso. Ambos tienen responsabilidad. Sheinbaum por recortar presupuestos, no atender las exigencias de seguridad y mantenimiento del transporte, defender e imponer a Serrania, observar con descuido la serie de accidentes ocurridos en el Metro en los últimos meses con una treintena de fallecimientos y no presentar el más mínimo reporte ni sanción. Ebrard, ¿qué decir? Su terquedad de inaugurar la obra sin terminar para intentar encumbrar su protagonismo e imagen con propósitos políticos, haber desechado sugerencias previas para la operación atinada de trenes adecuados a la construcción y trazo de las vías, imponer a Mario Delgado, y antes permitirse el lujo del autoexilio en Francia precisamente ante el temor fundado de una probable aprehensión por las fallas y fraude financiero en la Línea Dorada.
Estos son los personajes “presidenciables” de amlo pero que cobijados por las impunidad de la 4aT continúan en cargos públicos. Ambos por un principio de dignidad, respeto y en cumplimiento de ordenamientos legales tendrían que haber dejado el cargo para someterse a una urgente investigación. Pero no es así.
Lo que se prometió de transparencia en este sexenio ha estado muy lejos de cumplirse y menos aún de combatir la corrupción que únicamente involucra a administraciones anteriores así que Sheinbaum y Ebrard hayan participado de estas, la primera en el gabinete de AMLO cuando fue Jefe de Gobierno y la del segundo, desde su entrega priísta con la mancuerna de Camacho Solís buscando llegar a Los Pinos y más tarde saltando de cargo en cargo en una disfrazada izquierda que no le cabe. Lejos de presidenciables ambos personajes deberían estar inhabilitados pero hoy la vida política y la justicia dependen de la voluntad de un mandatario que sabemos anula la acción y jerarquía de ministros y abogados descalificándolos permanentemente.
AMLO piensa y siente primero que los delincuentes y criminales tienen derechos humanos antes que los familiares de los muertos en el Metro. Ahí la justicia no llega porque no se voluntad que reconociendo irregularidades se defiende al país, a sus leyes y a la seguridad de todos nosotros.
Tan delicada es la situación que Sheinbaum no ha tenido el tiempo suficiente para detallar ante la opinión pública cuál es la situación real del centro de mando de Metro que sufrió un incendio, por cierto, también durante su gestión. Claudia y Marcelo están reprobados.
Una encuesta de Xpectus Revelio muestra que Sheinbaum presenta una aceptación del 29% con una percepción negativa de un 71% considerando que la Jefa de Gobierno de la CDMX es un “títere” del presidente además de que fracasado en la organización de la aplicación de las vacunas. Ebrard tiene una aceptación del 37% pero una reprobación del 63% debido a que presuntamente está involucrado en corrupción, es el principal responsable de la Línea 12 y que existe un pacto con AMLO para proponerse como candidato a sustituirlo.
Y todo indica que ambos burócratas no tienen por el momento señales de que mejorarán frente a una sociedad cada vez más informada y exigente.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2