Entre la operación rescate y el Parlamento Europeo

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La guerra en Ucrania que aún no tiene un nombre definitivo con el cual pase a la Historia, nos pone en el contexto de nuestra política exterior. Una que es mucho más trascendente rescatando mexicanos en la zona de conflicto que distrayéndose respondiendo atrabancados comunicados injerencistas del Parlamento Europeo. Porque dígase, cada cosa en su sitio.

Por principio de cuentas, es loable que este gobierno haya hecho mucho por allegar mexicanos a la Patria. Lo hizo durante la crisis del COVID-19 en 2020, cuando las rutas aéreas fueron cerrándose atrapando a los connacionales que andaban regados por el mundo y requerían regresar a México. ¿Qué hubo tambièn los varados? sí. Pero no se niegue que fueron más los auxiliados. Se hizo cuánto se pudo. Y no fue poco en pro de los más. Como todo, los opositores pretedieron minimizar el hecho. Patéticos.

La “Operación rescate” ha tenido otros episodios ilustres como el de los científicos atrapados en Tonga, luego de la erupción marina de hace unos meses. Y el plato fuerte ha sido rescatar a mexicanos que desearon retornar a México desde Ucrania. Es loable, siempre, porque es mirar por los mexicanos allí donde se encuentren. Cabe mencionar el caso de la mexicana que pidió ayuda vía recibirla por un auto diplomático o de la Cruz Roja. Curiosa petición no atendida hasta donde se sabe, cuando sabemos que hay bombardeos. Cuando sabemos que 10 días antes de la invasión, el gobieno mexicano planteó a la comunidad mexicana valorar su permanencia y con ello, actuó adecuadamente y con antelación, la que permitía la cambiante situación existente.

Unos no pueden salir de Ucrania y los otros, no pueden entrar o incluso, transitar, aunque sean diplomáticos, que la cosa está de tal forma que serlo no los protege a la hora de la verdad. Hay guerra, pues. La ciudadana debería de ser más consciente antes de haber recurrido a Challenge para forzar las cosas y casi, casi pedir ayuda a la carta y coche a la puerta, literal. Y como si fuera la única necesitada de ayuda. Afloró el egoísmo mexicano que nos caracteriza, del primero yo, antes yo y después yo. No importa que vivas dentro fuera de México. No tenemos remedio. No ha faltado quien quiere usar la desatendida petición como piedra arrojadiza contra el actual gobierno federal. Es mezquindad pura. Se comprende la desesperada situación de la compatriota, pero también igual las condiciones en que pinta el panorama.Y hasta la Cruz Roja se queja de la gravedad de tal. Pero quede allí. Nadie nos va a contar cómo están las cosas para, así, capitalizarlas políticamente en su provecho. Dos aviones militares en rescate de quienes pudieron llegar a Rumanía, también cuenta y muchísimo.

La gestión de vacunas que registra 90 millones de vacunados –los más, con esquema completo– habla de un éxito de gestión de nuestra diplomacia. Adentro no lo vemos y no falta quien solo vocifera contra López-Gatell. Hay que ampliar el espectro. Y todos vimos el ingente esfuerzo de vacunación. No es poca cosa y debemos reconocerlo. Y eso es producto de una gestión diplomática razonablemente eficaz que se movilizó buscando oportunidades de vacuna. Quien no quiera verlo, qué pena.  ¡Es que faltan los niños! Sí, porque se decidió cuáles grupos iban primero y fueron. Usted, amigo lector, uno de ellos.

Mientras se resuelve la audaz y osada, plausible demanda del gobierno mexicano contra las empresas de armas en EE.UU., y su negocio a costa de nuestra paz y tranquilidad, cuyo componente de drogas, armas, inversiones dudosas y lavado de dinero robustece al crimen organizado que dispara parejo incluso a periodistas, represaliados por autoridades locales y municipales, que no por López Obrador, que se sepa; ergo, es que si bien no puede negarse que su respuesta al inopinado e injerencista comunicado del Parlamento Europeo (PE), no es diplomática en forma alguna, admítase que responde a aquel comunicado tan gratuito de ese organismo que tampoco se va bien librado. Imposible serlo, por su torpeza al emitir semejante misiva a México en términos tan inaceptables.

Se critica a López más, mucho más por el gusto de contradecirlo que no por la adecuada valoración de la misiva recibida y mucho menos conociéndola, que no está tan a la mano su lectura. Era una misiva, la europea, majadera, desinformada e injerencista. ¿Quieren diplomacia por respuesta ante tan grosera intervención? Convendría repasar y conocer  identificándolas mejor, las reglas de las relaciones internacionales. Pegarle al avispero nunca es buena idea y eso hizo el Parlamento Europeo. Y con gran torpeza, además.

Uno pensaría que con los rusos encima, el PE debería de estar tomando medidas serias de la mano del Ejecutivo comunitario para repeler las amenzas rusas y no solo alcahueteando envío de armas y la militarización continental. Eso implicaría no estarse ocupando de México en momentos tan comprometedores para su futuro inmediato frente a los rusos. Supondría uno que por mucho que se arrope el PE en la cláusulas democráticas y en ese halo que suponen, equivocamente, que les da el ser demócratas, como para ir opinando de todo, venga o no a pelo. Y aunque medie un tratado con México sobre temas también democráticos y, además, que no olviden que se dirigen a un gobierno democrático. Que a algunos mexicanos no les agrade, ese no es problema del resto. No serán ellos los únicos demócratas y que el PAN, haciéndose pipí fuera de la bacinica, no lo olvide. Ha sido tan patético y traicionero su apoyo al PE, en una carta vergonzosa firmada por impresentables como Rementería, que olvidó etiquetar a su amado e impresentable ultraderechista Vox. Dando lecciones de democracia, no hay quien le crea al panista que ha sido convocante de descerebrados como los miembros de Vox.  El PAN siempre en el lado equivocado.

Pero es que si van a opinar de México, qué bueno que lo haga el PE, pero siquiera informarse bien. No ha sido el caso, su misiva no es elogiable y revuelven peras con manzanas. Y en ese proceder mancha la democracia. Incluida la suya. Porque está dictaminando erróneamente la situación que dice importarle. Amén de mostrarse con una agenda extraña en estos tiempos aciagos viviéndose tamaña guerra en sus fronteras.

Si el mentado Parlamento se calla que en el seno de la UE hay tráfico de drogas, armas e inversiones dudosas que robustecen al crimen organizado en México que dice preocuparle, se antoja con doble moral; importante sí resulta su alusión a Pegasus, usada por el PRI como medio de espionaje y presión a periodistas desde el priismo y la otra que merece aclarársele: el actual gobierno exhibe pseudoperiodismo, que no es lo mismo que atacar periodistas.Por el derecho al acceso a la información, sobre su ejercicio no tiene que solapar mentiras desde ningún medio y cuenta con su derecho de réplica como gobierno.

Así que lo importante no es el inopinado comunicado del Parlamento Europeo. Aunque a algunos tarde se les haga para aplaudirlo, no por tal, sino por oponerse a López o creyendo que al aplaudir a esa instancia, refrendan su oposición. Claro, en su vida lo habrán oído mentar cuando de Europa no pasan, si acaso, de la UEFA, que no es la UE. Su extravío es elocuente. Si leyeran el texto del PE verían cuán inadmisible resulta, por injerencista. Suponer que el PE puede ir por ahí opinando de todos porque es democrático, es un postureo erróneo. Los eurodiputados dicen que le bajaron dos rallitas a su documento. Qué bueno. Acaso se hubieran ganado una respuesta aún más acre, pero en todos los casos, merecida. Pues la referida institución sí estaba obligada a informarse antes de cualquier pronunciamiento y menos criticando decisiones mexicanas; no lo hizo así, criticó decisisones mexicanas internas y lanzar documentos y excitativas sin plena fundamentación, solo compromete para mal a su buen nombre. Aplaudirlo es brutal.

Y sí, la acritud de López Obrador tuvo eco. Qué bueno, que todos aprendan de las formas y no se salgan del guión. México está en el proceso de revisión del nuevo tratado México-UE y estas torpezas del PE comprometen al ejecutivo europeo. Y lo saben bien y si no, que se enteren. Tener el tratado del año 2000 no significa poder emitir a diestra y siniestra comunicados cuestionando la política interna mexicana. Una cosa es preservar mutuamente la democracia y otra muy distinta es lanzar comunicados burdos, como el que nos ocupa. Que nadie se equivoque por sus fobias a López.