Este miércoles 1 de septiembre, instalado de nuevo el Congreso de la Unión, recibido el tercer Informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador arrancará en los hechos el cuarto año de su mandato.
¿Qué ha logrado? ¿Qué le falta? Cada uno de los mexicanos tenemos nuestra propia cuenta de eso más allá de los datos del análisis formal y de las percepciones.
Lo cierto es que, bajo su mandato, buena parte del país vive una polarización que afecta incluso a familias, amistades y lo laboral. No qué decir de lo político y social. La relación diaria de los mexicanos es pésima. Por donde quiera brotan los conflictos y la inconformidad.
Los indicadores económicos y de la pobreza son brutales. La violencia, inseguridad y muerte han superado todos los pronósticos. Todo lo demás: salud, educación, trabajo, alimentación, hambre, no van nada bien.
La agenda prevista de los siguientes 3 años nos advierte que todavía falta mucho por ver en esta gestión. Que puede ocurrir lo impensable.
De entrada, en este septiembre, veremos que ocurre con el encuentro cara a cara de los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador en el mismo escenario de Washington donde antes el mandatario mexicano -para vergüenza e indignación de no pocos- entregó todo frente a Donald Trump.
Este mismo mes veremos los resultados de un nuevo juego de pesos y contrapesos, de la nueva relación entre las fuerzas políticas dentro del Congreso Mexicano, los que definirán iniciativas y la emisión de nuevas Leyes y Reformas, pero sobre todo el mandato Constitucional de revisión y rendición de cuentas, algo a lo que no está ni acostumbrado ni dispuesto López Obrador.
Viene luego, en marzo del 2022 la consulta para la Revocación (o ratificación) de Mandato. Un ejercicio obstinado de AMLO tras del cual muchos intuyen se esconde una intención nada clara del tabasqueño.
Revocación (o ratificación) sólo tienen sentido si quiere extender su mandato. Otro objetivo podría ser el de ir a una fuga anticipada. Para decir: ya ven, no me dejaron, yo quería encabezar la Cuarta Transformación, el cambio de régimen, pero no me dejaron, disculpen, me tengo que ir ya a La Chingada…
En fin, ya veremos que esconde.
SENADO Y SAN LÁZARO, JUEGO NUEVO
Mientras en el Senado la exministra y exsecretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero -gracias a las habilidades, control y larga experiencia de Ricardo Monreal-, se convertía en la estrella central de la fiesta de reapertura legislativa, en San Lázaro Morena (y AMLO) era vencida por la oposición y obligada a entregar la presidencia de la Junta de Coordinación Política al PRI y al PAN.
Luego de intentar agandallarse para Morena todos los altos cargos en San Lázaro, el coordinador y expriísta poblano Ignacio Mier terminó por entender que la nueva integración no se lo permitía, y entonces dio paso a un acuerdo por el cual Morena presidirá la Cámara el primer año, el segundo lo hará el PAN -con Santiago Creel-, y el tercero el PRI, quizá con Carolina Viggiano.
De igual manera la presidencia de la Junta de Coordinación Política la encabezará de inicio Rubén Moreira del PRI, el segundo año Ignacio Mier de Morena y el tercer año Jorge Romero, coordinador del PAN.
De forma tal que ningún partido ocupará los dos cargos al mismo tiempo. Pluralidad y juego democrático.
En el Senado todo advierte que continuará el acuerdo por el cual Morena será la única fuerza que presida esta cámara y que Ricardo Monreal queda no sólo como coordinador de la fuerza dominante, sino como presidente de la Junta de Coordinación Política.
Pese a todo hay que recordar que Morena aquí no tiene mayoría para realizar por sí misma reformas Constitucionales, lo cual no ha sido un freno para que el zacatecano haya logrado aprobar 30 reformas de este tipo en estos 3 años.
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