Denuncia de violencia ante la Corte Interamericana

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La alianza de los partidos PRI, PAN y PRD, presentaron una denuncia ante la Organización de Estados Americanos OEA, en la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, contra el gobierno mexicano, porque en el pasado proceso electoral, se ha documentado la intervención evidente del crimen organizado, la reacción del presidente Obrador fue que se quejen hasta en la ONU, que triste papel de nuestro presidente, evidencia miedo e ignorancia porque ambas son consecuencia de una persona insegura, precisamente porque quien tiene miedo, es insegura por ignorancia. Obviamente no se quejan ante la ONU porque la ONU no tiene un órgano de defensa de los Derechos Humanos como la OEA sí lo tiene.

El tema no es menor, pues tiene repercusiones internacionales, el que en un país como México, la delincuencia Organizada se haya enseñoreado en todo el territorio nacional, es un tema que ya ha sido abordado inclusive por el Departamento de Estado de Los Estados Unidos, evidencia que el gobierno actual voltea la cara hacia otro lado repitiendo “abrazos no balazos” cuando los hechos nos atropellan, cuando en los municipios mandan los gobiernos de facto “jefes de plaza” mientras se retienen y amarran a las fuerzas armadas con tan mala intensión, que en estos momentos ya resulta demasiado sospechosa. Ya hay muchos indicadores, muchas señales de una clara intensión de tolerar a la delincuencia, lo que hace años temíamos que México se colombianizara, el destino nos alcanzó y nos arrolló, ante la mirada impasible y cómplice de un gobierno que dibuja un futuro de complicidades, de eso no se puede esgrimir algún argumento en contra. Han sido violados los derechos consagrados en el origen de la Corte derecho a la integridad y los derechos políticos.

Lo que sucedió en la OEA con la presencia de los líderes de los tres partidos políticos de la alianza, que representan la segunda fuerza política es histórico y queda para la posteridad, independientemente del efecto que pueda producir al interior de México, sí es un avance que señala y nos escupe al rostro y a la consciencia de todos los mexicanos, que México ya se encuentra en una ruta sin retorno inmediato.

El presidente ya ha colocado al país, en sus afanes electorales, en un riesgo difícil de revertir, a los gobiernos anteriores se les acusa de haber comenzado una guerra contra la delincuencia y desde Palacio Nacional, se ufanan de acusar haber comenzado una guerra. Pero no han medido las consecuencias de sus acciones – quizá con buena intención de pacificar al país – pero la realidad es que ni se pacifica ni se resuelve, antes, por el contrario, lo que se puede observar es que esa “guerra” que comenzó en gobiernos anteriores se perdió, y de qué forma, entregando el país, claudicando, conteniendo la fuerza del Estado, que pudiera revertir al avance del enemigo, pero no, por el contrario, con un postulado mal entendido, de paz se entrega la Patria.

El presidente no quiere ver ni ve, que su política de abrazos no balazos cuesta vidas inocentes, economía subterránea de pagos de piso que fortalece a la delincuencia, que el gobierno actual pasará a la historia igual o peor que Antonio López de Santana al entregar parte del territorio nacional a los gringos, hoy a la delincuencia, así de grave e históricamente dañino es la decisión contra la Patria.

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