No hay simulación y si manipulación. La llamada izquierda representada por AMLO, Morena o la 4aT aparenta irritación por la cercanía de algunos miembros del PAN con la ultraderecha española. Se rasgan las vestiduras por la presencia de Vox en el debate nacional.
Vox es un partido político fundado en el 2013 en España y es una escisión del Partido Popular. Entre otras cosas ha sido tachado por su corriente homofóbica. Irrita pues que miembros del PAN hayan estrechado conversaciones con Santiago Abascal, presidente de VOX en un salón del Senado de la República, para firmar una carta contra el comunismo. Lo califican incluso como provocación.
“Nuestra contraparte oficial en España es el Partido Popular, con quien compartimos membresía en diversas internacionales partidistas. En consecuencia, no tenemos ningún tipo de relación institucional con el partido VOX”, señaló el excandidato presidencial Santiago Creel.
Aun así, los radicales de izquierda empezaron a lanzar misiles contra los “conservadores” del país.
Pero pongamos las piezas necesarias en el análisis. La izquierda presume diversidad, cuando le conviene. Parece que en México nadie tiene derechos y preferencias políticas más que ellos. Podemos estar de acuerdo o no en la disciplina ideológica de VOX, pero ello no quiere decir que tenemos que aceptar que Dolores Padierna y Fernández Noroña festejen a Nicolás Maduro, que el gobierno de México, a través de Marcelo Ebrard ofrezca asilo político a Evo Morales, que la 4aT fraternice con los comunistas cubanos y que se intente aplicar en nuestro país pactos de alto riego como los acuerdos en el Foro de Sao Paulo.
Incluso que Sheinbaum decida retirar la imagen de Cristóbal Colón, pero imponga en una banca jardinera las esculturas de Fidel Castro y el Che Guevara. aquí debemos tolerar que en ejercicios trasnochados personajes como Cuauhtémoc Cárdenas rinda espacios y credibilidad a cobardes encapuchados como el subcomandante Marcos y que las bancadas de izquierdistas aplaudan que los insurrectos trepen a la tribuna de San Lázaro a leer sus epístolas. Ahí sí todo está bien.
La izquierda mexicana en el poder defiende las dictaduras como la venezolana conociendo y aceptando que junto con Cuba son importantes distribuidores de droga y exportadores de guerrillas que usan a nuestro país como trampolín. Se defiende a Evo Morales, aprovechando su figura indigenista, pero es expulsado de su propia nación acusado entre otras cosas de fraude electoral y de sus abiertas intenciones de perpetuarse en el poder como sus colegas en Venezuela o Nicaragua.
Para traerlo a nuestro país el gobierno de AMLO dispuso de un avión militar y Morales, desparpajado, se burló de nuestras autoridades para mejor trasladarse a Argentina en calidad de refugiado.
No olvidemos entre otras cosas que el hijo menor de AMLO se llama Jesús Ernesto en honor, dice el presidente, de Jesucristo y el Che Guevara.
Espero en verdad que, dentro de los principios de respetabilidad, si es que los tienen en el gobierno, se permita el acceso a todo tipo de ideología política para poder tener elementos ricos de información, porque si a esas vamos que retiren la embajada de México en el Vaticano y se rompan relaciones diplomáticas con la Santa Sede, entre otras cosas por proponer líneas de conducta y filosóficas antagónicas con la izquierda radical.
Por si fuera poco, los actuales gobernantes de izquierda que fueron activistas en el 68, o siguen comercializando políticamente con esa memoria histórica, de siempre acusaron a los gobiernos en ejercicio por represores al emplear a las Fuerzas Armadas o cuerpos policiacos para mantener el orden y seguridad nacional. Calificaban esas decisiones de “gorilatos” y no dejaban de mantener presente que los militares servían a las clases pudientes de los conservadores.
¿Y qué tal ahora el romance de AMLO con los militares? ¿Entonces cuándo si y cuándo no?
Volvamos a Evo Morales. Con su llegada al poder las Fuerzas Armadas bolivianas recuperaron una tradición nacionalista construida a mediados de los años 30 del siglo XX. Morales buscó transformar el aparato armado introduciendo planes de estudio y consignas «antiimperialistas», al tiempo que concedió diversos beneficios a los militares en términos de financiamiento y cargos en el Estado.
Desde 2006, los militares han sido parte de las diversas formas de escenificación de la construcción del nuevo Estado «descolonizado» y una base de apoyo a su gobierno. ¿Lo sabe AMLO o cree que nosotros no? Luego de la salida de la Unión Soviética de Cuba, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) cubanas comenzaron a ocupar un rol central en la economía y en la gestión de empresas estratégicas. Desde allí, los militares proyectaron una imagen de eficiencia en una economía caracterizada por el inmovilismo y la burocracia. ¿Lo sabe AMLO o cree que nosotros no? ¿Revisa la trayectoria de Manuel Antonio Noriega “cara de piña” en Panamá quien ostentaba un rango militar de general?
La información es un condimento esencial para ponderar, evaluar y señalar eventos, actos y determinaciones. Lanzar ataques a otros por no corresponder solo a su ideario política es caer en el salvajismo, la descalificación, la torpeza y lo que es peor, la dictadura. Sino estamos de acuerdo con Vox simplemente no optemos electoralmente por quien los representan. Si no estamos de acuerdo con los radicales disfrazados de izquierdistas como Yeidckol que intentan imponer el comunismo, pues desechémoslos.
No olvidemos que muchos de los hoy gritones han defendido causas y líneas políticas totalmente contrarias en diferentes partidos políticos, si, como aquel que hasta le compuso el himno al PRI y hoy es presidente por la izquierda retobona.
Conductor del programa VaEnSerio MexiquenseTV canal 34.2