Pues ya quedó constituida la corriente nacional de Opinión y Expresión Política denominada “Plataforma por la Refundación del PRI”, anunciada desde julio pasado.
La pregunta es ahora: ¿La disidencia agrupada en dicha corriente conseguirá refundarlo, para fortalecerlo y convertirlo en un partido moderno y competitivo electoralmente, que defienda las libertades constitucionales y en general íntegramente la Carta Magna?
Es el objetivo. Pero, ¿podrá?
Depende de la estrategia que emplee: Vía jurídica o protesta. Ésta última no es la opción; ya está visto que la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en los hechos encabeza Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”), la usa de pretexto para instruir procedimientos de expulsión de los militantes disidentes.
Ahí están los recientes casos del exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz y de Nallely Gutiérrez Gijón, de quienes la Comisión de Justicia Partidaria determinó la expulsión.
Sin embargo, la militancia de cualquier partido político tiene derecho a ejercer su libertad de expresión. Además, la ley de la materia le concede el derecho de: Pedir y recibir información pública sobre cualquier asunto del partido político, de solicitar la rendición de cuentas a sus dirigentes, a través de los informes, y de exigir el cumplimiento de los documentos básicos.
Precisamente es algo de lo inicialmente demandado por “Plataforma por la Refundación del PRI”: La realización de una Asamblea Nacional, donde la actual dirigencia priista rinda cuentas de los resultados electorales obtenidos en junio pasado.
Además, los miembros de esta nueva corriente, piden “separar los deberes partidistas de los deberes legislativos”, porque “o se es dirigente partidista, o se es legislador, no ambos a la vez.”
Y tienen razón, aun cuando los estatutos del PRI permitan ejercer ambos cargos al mismo tiempo. Las dos tareas exigen tiempo completo, atención íntegra, para la obtención de buenos resultados, o por lo menos regulares. Es como lo dice la sabia filosofía popular, “no se puede tragar pinole y andar en la procesión”.
Es el caso de Alejandro Moreno Cárdenas, quien funge como presidente del PRI y al mismo tiempo es legislador federal. Y así están varias de las personas integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, que, por cierto, prácticamente se autoasignaron candidaturas plurinominales dándoles formalidad con el aval del órgano partidario competentes.
Lo dijeron los disidentes: “Los miembros del CEN (deben) dedicarse a esta tarea de tiempo completo. (…) No es correcto dobletear, cuando existen decenas de priistas preparados, con prestigio y experiencia.”
Ciertamente, en las filas priistas abundan personas preparadas en espera de una oportunidad para desempeñar cargos partidarios o de elección popular. Más que un asunto legal, debe ser un asunto de ética el prescindir del dobleteo de cargos.
Parece que el PRI se alejó de la esencia constitucional de los partidos políticos, a los cuales la Carta Magna define como “entidades de interés público” y “tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, fomentar el principio de paridad de género, contribuir a la integración de los órganos de representación política, y como organizaciones ciudadanas, hacer posible su acceso al ejercicio del poder público…”
El Revolucionario Institucional ya no es una organización ciudadana, sino de intereses.
La corriente nacional de Opinión y Expresión Política “Plataforma por la Refundación del PRI” tienen razón en prácticamente todos sus planteamientos aunque éstos sean de imposible realización, pues ¿cómo convencer a dicha cúpula de la urgente necesidad de corregir el rumbo?
Los priistas ni siquiera tienen la cultura del uso de las herramientas jurídicas; es decir, no recurren a los órganos jurisdiccionales para hacer valer sus derechos. Distinto a Morena y al PRD, donde la militancia no solamente agota la instancia interna, sino que se va hasta los tribunales.
En fin, todo parece indicar que en vez de ir a una refundación, el PRI va rumbo a su extinción. Por ejemplo, ya solo gobierna en cuatro entidades federativas, de las cuales podría perder dos en las elecciones locales 2022, Hidalgo y Oaxaca, según el pronóstico de diversas casas encuestadoras.
Y no se ve el menor ánimo de la dirigencia nacional priista por revertir tal pronóstico.
¿DOBLE SUELDO?
A propósito, de dobleteo de cargos cabe preguntar: ¿Las personas con posición en el Comité Ejecutivo Nacional cobran un sueldo por ejercer el cargo partidario?
Porque entonces tendrían dos ingresos: Ese y la dieta como legisladores federales, en el caso de quienes ocupan una curul o un escaño en las cámaras del Congreso de la Unión.
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