Las lomas de Chapultepec; el paraíso de Emilio Lozoya

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Todo mundo apostaba a que Emilio Lozoya Austin se encontraba bajo arraigo en una jaula de oro. Falso. El delincuente confeso (miembro de uno de los clanes de la mafia de “cuello blanco”) se desplaza a sus anchas inmerso en la vida de una atmósfera de un lujo desafiante. Una periodista –a la que Lozoya señaló de recibir sobornos de funcionarios públicos– fue alertada de que el exdirector de Pemex se encontraba en una opípara cena en un restaurante de moda en Las Lomas de Chapultepec. La anécdota del escándalo ya la conocemos. Las redes sociales se encargaron de ello. Al menos Lozoya no hizo el papelón de su antiguo jefe Enrique Peña Nieto sorprendido mientras cenaba en un restaurante de Nueva York disfrazado con una peluca y una gorra, en compañía de su novia Tania Ruiz. 

Años atrás Peña Nieto y su entonces pareja Angélica Rivera protagonizaron un escándalo de corrupción con la famosa “Casa Blanca”, ahí en la misma colonia donde Lozoya se mueve a sus anchas.

Las Lomas de Chapultepec es una de las zonas residenciales más exclusivas de la capital del país. Sus calles llevan los nombres de las sierras y montañas de México. Fue un capricho de Antonieta Rivas Mercado que le concedió su esposo Albert Blair, el fraccionador de la colonia fundada en 1920 con el nombre de Chapultepec Heights.

Cámaras de vigilancia incrustadas en las fachadas y los postes monitorean segundo a segundo día y noche los movimientos en el exterior. Allí vive y ahí trabaja el hombre más rico de México y uno de los de mayor fortuna en el mundotambién las paredes abrigan a conspicuos personajes de la vida pública, lo mismo que a famosos criminales. 

En Las Palmas, una de las principales avenidas de la colonia luce la arquitectura singular de mansiones y edificios con las firmas de renombrados arquitectos, como Luis Barragán y Ricardo Legorreta. En esa avenida se encuentra el corporativo donde despacha el magnate Carlos Slim quien vive a cinco minutos de su oficina. Ahí  se encuentran representaciones del poder y el dinero como son los bancos JP Morgan y el Tokio–Mitsubishi. 

Desde las primeras horas del amanecer y las primeras del atardecer por las principales calles de  Las Lomas se ve el ajetreo de jóvenes ejecutivos, bien vestidos, que trabajan en las empresas de esa lujosa zona. 

En apariencia uno podría pensar que se trata de uno de los lugares más seguros. Las Lomas es todo lo contrario. Detrás de las gruesos muros y amplías paredes viven desde los más sofisticados hasta los más siniestros personajes. 

El viernes 26 de junio antes del amanecer el jefe de la policía capitalina Omar García Harfuch sufrió un ataque por un comando de un cártel de las drogas mientras se desplazaba sobre Monte Blanco y Paseo de la Reforma. El funcionario tenía cinco minutos de haber salido de su residencia en Las Lomas de Chapultepec cuando fue atacado con armas largas tipo Barret y granadas de fragmentación. García Harfuch sobrevivió al atentado, aunque fue hospitalizado con algunas heridas.

Cerca de ese lugar el fiscal general Alejandro Gertz Manero tiene una “casa secreta”, que el funcionario no ha hecho pública en su declaración de bienes. ¿Por qué? Solo él lo sabe. 

Lo que sí se sabe es que Gertz Manero se hizo de esa propiedad mediante malas maniobras en una triangulación con la Universidad de las Américas. La propiedad de esa residencia se asienta en el Registro Público de la Propiedad con el folio 461377.

Y como el fiscal general, el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett mantiene en Las Lomas de Chapultepec varias de las 23 propiedades que el periodista Carlos Loret de Mola descubrió junto con su equipo de investigaciones periodísticas. 

Al igual que Peña Nieto y Angélica Rivera, el exsecretario de Gobernación y actual senador Osorio Chong posee dos mansiones en Las Lomas de Chapultepec que obtuvo de Carlos Aniano Sosa un contratista del gobierno en el sexenio de Peña Nieto y quien fue contratista y proveedor del gobierno del estado de Hidalgo cuando Osorio Chong de desempeñó como gobernador. Emilio Lozoya favoreció con contratos a Carlos Aniano en Pemex Refinación. Aniano estaba registrado como contratista con el número 1000054035.

En 2012, dos semanas antes de asumir la dirección de Pemex, Lozoya compró por 30 millones de pesos una residencia ahí en Las Lomas, la cual le fue asegurada por la Fiscalía General en mayo de 2019. 

El secretario de Energía en el gabinete de Peña Nieto, Pedro Joaquín Coldwell encubrió a Lozoya quien involucró en sus denuncias como testigo protegido a Pedro Joaquín en los casos Odebrecht y Agro Nitrogenados. 

De acuerdo a las investigaciones de la Fiscalía el presidente de Altos Hornos de México, Alonso Ancira quien se hizo de Agro Nitrogenados, transfirió 3 millones de dólares a una cuenta de la que es beneficiaria la hermana de Emilio Lozoya, Gilda Susana. En otra serie de movimientos, Ancira depositó 3.4 millones de pesos a una cuenta en Ginebra, Suiza, a nombre de Gilda Lozoya, y de la cual es beneficiaria la empresa Tochos Holding Limited. La Fiscalía aseguró que, con parte de ese dinero, poco más de 34 millones de pesos, Emilio Lozoya adquirió la casa de Las Lomas.

Pedro Joaquín, uno de los políticos más ricos de Quintana Roo, dice que él es una blanca paloma y que “jamás” ha manchado su plumaje priista. 

Un reportaje de un medio internacional señala que las peticiones de sobornos fueron hechas al ex director de Pemex, Emilio Lozoya, y al ex Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.

Como sea, el sexenio de Peña Nieto fue uno de los gobiernos de mayor corrupción que provocaron la estrepitosa derrota del PRI, partido que vive sus últimos estertores. 

Lo sorprendente, es la impunidad en la que se encuentran todos los señalados en la corrupción peñista. 

Lozoya es el símbolo de la impunidad y de la complicidad del gobierno que preside López Obrador.

Las Lomas de Chapultepec es simplemente uno de los mayores refugios de los criminales de “cuello blanco” y de conspicuos personajes del narco, uno de ellos el chino Zhenli Ye Gon en cuya mansión escondía una montaña de dólares (207 millones), según los resultados de la “Operación Dragón” llevada a cabo por la PGR. 

Las Lomas de Chapultepec no es el paraíso, tampoco es la “jaula de oro” de Lozoya, un pájaro de cuenta que se desplaza libremente con la venia del gobierno de la cuarta transformación, aunque el presidente Obrador se dé golpes de pecho y dicte “clases de moral”, cuando grita ¡Al ladrón, al ladrón!