Se empiezan a caer los naipes, a tres años se observa el desmoronamiento de la 4aT. La Reforma Eléctrica no pasará (disfrazaron que se pospuso hasta el 2020) y el caso de Emilio Lozoya demuestra que la justicia se aplica a través de un platillo de pato.
El cinismo con que se manejó el arraigo de Lozoya dejó ver toda su absurda escenografía y complacencia de los personajes “preferenciales” como lo calificó AMLO.
El gobierno desea establecer su credibilidad aliándose a “soplones”. Lo Intento con el exdirector de Pemex y con Rosalio Robles (ni uno ni el otro). AMLO ha arrastrado a sus incondicionales a seguirle aplaudiendo sus ocurrencias que hasta el momento solo los ha llevado a soportar durísimas críticas como la cancelación del aeropuerto de Texcoco en donde ni un sólo “corrupto” ha caído. Una terminal aérea que tendrá menos estaciones para recibir aeronaves que el aeropuerto de Acapulco. Así terminará el Tren Maya.
La política energética va a contracorriente del mundo y eso quedó demostrado al negarse a firmar un documento internacional en defensa de las áreas boscosas. Ahora se espera un sonado ridículo del presidente en la ONU hablando del combate a la corrupción y a la defensa del medio ambiente sembrando arbolitos a cambio de votos. Una fotografía, una, hundió a su mejor carta para encarcelar a Peña Nieto y a Luis Videgaray.
Una cena con pato demostró la enana presencia de la Fiscalía. AMLO, insisto, se está quedando solo y es el responsable de haber abierto una contienda anticipada en donde Ebrard, Monreal y Sheinbaum se van a hacer pedazos mientras el tabasqueño intentará encontrar quien lo cubra al final de su sexenio. Parase en la tribuna de la ONU no es igual que en la pasarela
manipulada de Morena en San Lázaro. Incluso Juan Ramón de la Fuente quedó disminuido como nunca antes al intentar tratar el asunto de los ataques de AMLO contra la UNAM más que con tibieza, con cobardía. Los hombres íntegros se defienden por sí mismos hasta el final si es que su estructura moral no se dobla ante farsantes y engañabobos que cautivan por el número de ceros en la nómina. Estos meses, por lo menos, los últimos tres, han sido demoledores para el presidente. Su omnipresencia ya no es válida y debe rendir cuentas sobre lo que nos costó cómo nación buscar, localizar, extraditar, intentar procesar y ahora bajo presión., encarcelar a Lozoya para quedar en ridículo. Se están acabado los distractores para el tabasqueño debido a que cada vez son más absurdos e incómodos.
AMLO, aunque quiera ya perdió la oportunidad siquiera de ser presidente, ya no digamos bueno o malo. Sus adversarios, opositores y enemigos tomarán fuerza porque él mismo los ha alimentado con odio y rencor.
La pobreza, la pandemia y la violencia dejarán para AMLO a millones de insatisfechos enojados. No hay marcha atrás y lo he referido en varias ocasiones, este sexenio terminará como el más corrupto e ineficiente en la historia reciente. Tiempo al tiempo. Lo que es la vida, un solo sujeto, Lozoya, le acaba de dar una patada en la cimentación del “rayito de esperanza”, vamos ni Ovidio.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2