“Algunos tibios, me dicen: ¿Para qué te metes en problemas? Y les digo: porque finalmente ahí va a ser mi casa al final de mi vida.
“Soy senador temporal… pero maestro permanente.
“Y en todo lugar, en todo lugar, frente a toda institución, no deben tener recato; hay que defender a la UNAM siempre”.
El reto… o mensaje -según quiera usted calificarlo- está entregado.
En Ricardo Monreal -quien no se cansa de afirmar a donde quiera que va que con o sin Morena estará en la boleta presidencial de 2024-, los dichos van acompañados con hechos.
Así que lo señalado al principio lo expresó ayer durante la Ceremonia de Imposición de Insignias a las y los nuevos integrantes del Claustro de Doctores de la Facultad de Derecho de Ciudad Universitaria.
Desde ahí, el presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la mayoría de Morena en el Senado, consideró que “en momentos como estos, en donde el país pasa por etapas inéditas de transición política, la Academia, los científicos, los hombres y mujeres de ciencias no pueden estar alejados de las decisiones políticas y públicas del país.
“Soy de los que piensan que no puedes alejarte, entre los Doctores en Derecho hay también servidores públicos admirables; académicos respetables; académicas también con las mismas características.
“A nadie debe de quedarle duda de que sin esta institución, México no habría avanzado hasta estos estadios de desarrollo económico, político y social.
“Por eso también tenemos que tener el deber ineludible de defender la Universidad pública… yo le tengo admiración y la defiendo en todas partes; no obstante que pueda arriesgarme”.
No hacía falta decir ahí de quién podría provenir el riesgo para Monreal por esa defensa de la UNAM.
“Es un honor estar con ustedes, me alegra mucho reunirme con la inteligencia de este país, con la Academia, es un honor tomarme la fotografía con ustedes”, dijo al despedirse.
Luego a disfrutar el placer de caminar bajo el sol mañanero de otoño por los amplios jardines, corredores de Ciudad Universitaria; saludar a otros catedráticos, a estudiantes, a trabajadores de esa Universidad que no hace mucho, recibió uno de los embates más impensados y absurdos desde la cúpula del Poder.
LO QUE HACE LA MANO HACE LA TRÁS
En la abierta y adelantadísima sucesión presidencial que se vive hoy en México, cada vez se marca más la distancia entre unos y otros aspirantes a relevar a Andrés Manuel López Obrador.
En esta carrera hasta hoy de 3 (Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard -nombrados por AMLO– y Ricardo Monreal quien no está en la lista del mandatario, pero sí en la del resto de los mexicanos y partidos políticos), el puntero sin duda con campaña por todo el país, es el zacatecano.
Desde que el 5 lunes de julio pasado López Obrador deliberadamente no lo mencionó entre sus posibles sucesores, Monreal salió a los principales espacios de la radio y a las páginas principales de los diarios a aclarar que, sorry, pero él si va por el mayor cargo de la República.
Un mes después inició un recorrido por los estados del país, donde habla de los problemas de México y da amplias conferencias a los medios locales que son retomadas por los llamados medios nacionales y en especial por las redes sociales.
Ya a finales de octubre Claudia Sheinbaum -en algunos casos acompañando a López Obrador– comenzó a aparecerse en algunos eventos en el interior del país donde incluso coincidió con el zacatecano.
Hace unos 10 días un artículo de Monreal apareció en el diario español El País y ayer Claudia Sheinbaum publica uno suyo bajo el encabezado de “City Claudia Sheinbaum Pardo on lessons from Mexico”, en la revista The Economist.
No es por nada, pero ya sus asesores deberían aconsejarse hacer algo que todavía no haya hecho Monreal, ¿no?
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