- ¿Les importará a los nuevos diplomáticos ser expulsados del PRI?
- Lo que es muy preocupante es la marcha de la economía nacional
Es sólo cuestión de imaginar cómo habrían actuado quienes desempeñan ahora el papel de opositores del presidente López Obrador, en el caso del nombramiento de exgobernadores priistas como embajadores y cónsules.
Alito, presidente del PRI, o Enrique De la Madrid, hijo del desaparecido ex presidente Miguel de Lamadrid. condenaron de inmediato, sin escuchar razones, a sus correligionarios que aceptaron el nombramiento, sujeto al trámite de aprobación del Senado, de embajadores y cónsules.
Es decir, que Claudia Pavlovich, ex gobernadora de Sonora y nominada presidencial para cónsul en Barcelona; Carlos Miguel Aysa, ex gobernador de Campeche (sustituto de Alito), como embajador en mi querida República Dominicana, y Quirino Ordaz Rocha, ex gobernador de Sinaloa (tierra de mi gran maestro Alejandro Avilés), como embajador ante el gobierno socialista de Pedro Sánchez (en espera de la aprobación de la Moncloa), ¿pueden considerarse ya expulsados del PRI por Alito, empleado del señor x?
Pero habría que preguntarse también si a los tres priistas, propuestos ahora por AMLO, les importa lo que haga o deje de hacer el presidente tricolor. La verdad es que les importa un pito. Alito muere de ganas de hacer lo mismo que sus correligionarios. No lo puede ocultar por más que se esfuerce. Es lopezobradorista y un alto dirigente del tricolor me dijo que el campechano recibe instrucciones de Palacio. Por alguna razón los “inventores” de las redes “sociales” le apodaron AMLITO.
Si, en su momento, los expresidentes Peña, Calderón, Fox, Zedillo, o Salinas hubieran incluido, entre sus colaboradores, a personajes políticos opositores, a militantes de la izquierda, anti priistas o anti albicelestes. qué habría pasado. Cómo habrían reaccionado los actuales opositores de AMLO.
Pero nadie dijo absolutamente nada, cuando Ernesto Zedillo Ponce de León nombró como Procurador General de la República al panista Antonio Lozano Gracia, en aquel aciago sexenio en que alguien, aún desconocido, mandó asesinar a Luis Donaldo Colosio en el mitin de la miserable barriada tijuanense de Lomas Taurinas.
Salinas de Gortari se alió al PRI del jefe Diego Fernández de Ceballos y los priistas no sólo no condenaron a Salinas, sino que se alinearon con él a la extrema derecha neoliberal. Empanizaron al PRI, como sucede actualmente. Al amparo de Vamos México, de los extremistas de la reacción, el señor X y Gustavo de Hoyos, y con apoyo total de Alito, la secretaria general del PRI, Carolina Viggiano Austria, ya es candidata del PAN a la gubernatura de Hidalgo. Y Alito aprueba esa nominación. Si a esas vamos…
Es más, Alejandro Moreno, en alianza con Marko Cortés, jefe nacional del PAN, y Jesús Zambrano, de lo que queda del PRD, integra un mazacote ideológico sin principio ni fin, casi nazifacista. Quién le dice algo. Quién lo expulsa del PRI.
Y, ondo y lirondo, ha amenazado a los nominados por AMLO para integrarse al cuerpo diplomático de expulsarlos del partido.
En última instancia, a quién le importa lo que diga o deje de decir, haga o deje de hacer, Alito. No pasa nada. No se mueve, por ello, la economía nacional, ni la cotización del peso de desalínea con las expectativas.
Estoy seguro de que ni a Claudia Pavlovich, ni al campechano Aysa, y menos a Quirino les importa lo que diga Alito. Que los expulsará si aceptan. A quién de los tres le importa.
Ah, y el ex gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, postulado por el PAN y el PRD, también ha sido invitado por AMLO para ser embajador o cónsul.
El controvertido panista, ex gobernador de Chihuahua, que tuvo serias diferencias con el presidente López Obrador por el agua (¿recuerdan?), durante su gobierno, al que llegó por mayoría su correligionaria y adversaria política, Maru Campos, no puede ser embajador porque tiene doble nacionalidad, y no porque no lo haya invitado AMLO, sino por la ley, que dice que los representantes diplomáticos de México tienen que ser mexicanos.
La verdad sea dicha, y esto tienen que aceptarlo: cuando los opositores van, López Obrador ya viene de regreso. Y los trae como iluminados por un toque de tíner o de cemento. A quién le importa, pues, que anden amargaditos. ¿Suda o se acongoja López Obrador porque le dicen “López”, porque se burlan de él? La verdad es que, aunque dicen que está enojado, se desternilla de risa. Y de esa risita socarrona que lo caracteriza. Y que hace rabiar a quienes no lo pueden ver ni en pintura. Tanto que confían en la pitonisa que ha profetizado que no terminará el sexenio. ¿O no pueden vivir sin él?
A DESFONDO
Lo que sí es de preocupar, y mucho, es el comportamiento de la actividad económica. De acuerdo con la contabilidad de los estadísticos del INEGI, en diciembre de 2021 y a tasa anual, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), estima anticipadamente una disminución del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), de 0.2 por ciento… La variación anual esperada de las Actividades Secundarias, en diciembre de 2021, es de 0.4 por ciento y la de las Terciarias es de -1.3 por ciento. (Aunque en el siguiente párrafo del comunicado del INEGI, el redactor le quitó el signo de menos al porcentaje).