Atrapado en medio de la peor reyerta político-judicial más profunda de su administración, una trifulca de proporciones hasta hoy insospechadas encabezada por su exjefe jurídico su casi hermano Julio Scherer, su exsecretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero y su Fiscal General Alejandro Gertz Manero, el presidente Andrés Manuel López Obrador redujo todo a un simple pleito de barandilla y de tribunales producto, afirmó, “de la condición humana”.
Unos y otros, dentro del círculo más íntimo y más alto en el Poder de López Obrador hasta hace muy poco, se acusan de traición, infidencias, corrupción vía la extorsión en niveles multimillonarios, de complot y de aprovechar sus cargos para el abuso de poder y el tráfico de influencias para alcanzar enormes beneficios personales.
Los tres implicados en esta confrontación, hecha pública el pasado fin de semana en un extenso artículo muy personal y en primera persona por Julio Scherer Jr. en la revista Proceso, se acusan de haber incurrido en corrupción y todo lo demás antes expuesto, cuando operaban entro de sus encargos al lado del Presidente de la República.
Y este, con la nariz arrugada como si apenas soportara el hedor, afirmó ayer:
“Eso tiene que ver con tribunales, con ministerio público, con juzgados… y nosotros no vamos a meternos en esas diferencias. No queremos participar en eso”.
Como si fuese posible evadirse si el encontronazo escala y realmente el asunto se tramita ante jueces y comparecencias públicas, orales.
“Nosotros estamos dedicados en tiempo y alma a la transformación de México.
“Nos importa el pueblo de México, todo el pueblo, y en especial los pobres, y eso es la transformación, que podamos vivir en una sociedad mejor y a eso me dedico todo el tiempo.
“No podemos evitar que haya diferencias, distintos puntos de vista, que haya confrontación política, escándalos y Sensacionalismo en los medios, no… La vida es así.
“Además la condición humana es así… No debemos sorprendernos”, concluyó sin que nadie le insistiera en este asunto.
Metido de lleno en la reinauguración del viejo aeropuerto de Santa Lucía para convertirle ahora en un aeropuerto medio civil y medio militar, AMLO, agregó:
“Me importa mucho el aeropuerto, esto, me importa mucho que no falten las pensiones a adultos mayores, me importa mucho el que terminemos de vacunar a todo el pueblo de México, las vacunas para proteger de COVID, me importa mucho el que no se deprecie el peso, ahora con la guerra, con la invasión de Rusia a Ucrania.
“Me importa el que no aumente el precio de la gasolina, el diésel, el gas, que no haya carestía, que mejoren los salarios de los trabajadores, que haya empleos, la tranquilidad y La Paz”, concluyó para deslindarse de lo que ha ocurrido durante los pasados tres años en su entorno más de Palacio Nacional.
Significar así que él no tiene nada que ver con los pleitos y debilidades de sus colaboradores más cercanos.
Nada que ver con que su exjefe jurídico Julio Scherer – como lo ha dicho una indagatoria del Fiscal Alejandro Gertz Manero-, haya integrado con un despacho externo, una red de extorsiones a grandes implicados en otros delitos como lo son hoy el abogado Juan Collado y el empresario Alonso Ancira, propietario de Altos Hornos.
O que este su asesor Jurídico sea señalado por el Fiscal como quien ordenó no sólo haber interceptado y grabado ilegalmente sus conversaciones telefónicas, sino quien además las hizo públicas filtrándolas a medios informativos vía redes sociales.
En estas grabaciones se escucha decir a Gertz que un ministro de la Suprema Corte estaría a punto de exponer ante el resto del Pleno su propuesta para exculpar a su excuñada y a la hija de esta, dos mujeres a quienes el Fiscal Gertz acusa de ser las responsables de la muerte de su hermano Federico Gertz a causa de una mala atención médica.
Por una demanda del Fiscal interpuesta antes de asumir este cargo, la hija de su excuñada está en la cárcel y Gertz Manero intenta mantenerla ahí no sólo porque la cree en parte culpable de la mala muerte de su hermano, sino porque al parecer de ello depende que él pueda entrar en posesión de los multimillonarios bienes de Federico, sobre todo en obras de arte.
Este solo asunto convierte todo el caso no en un asunto moral sino económico.
El fiscal Alejandro Gertz Manero sugiere que estas grabaciones y el haberlas hecho públicas, forman parte de un complot de Julio Scherer Jr. para obligarlo a no seguir con la indagatoria de la red de extorsión que se supone el exasesor Jurídico de AMLO operó desde sus oficinas de la Presidencia de la República.
Gertz indica que no ha sido una casualidad el que estos audios se hayan filtrado a medios y a redes justo cuando se abría el juicio en contra de 4 abogados de un despacho ligado a Scherer en la supuesta cadena de extorsiones a Juan Collado y a Alonso Ancira.
En su contra-ataque, Scherer dice lo contrario, y describe a Gertz como un hombre violento, irascible, truculento, perverso que usa su encargo para sus venganzas personales y en su caso para dañar su imagen y nombre publico.
Y afirma que todo de lo que lo acusa el Fiscal, es precisamente al revés, que lo de Collado y lo de Alonso Ancira fueron tramas organizadas por Gertz para dañarlo a causa de que en la revista Proceso, propiedad de la familia Scherer, se publicó un articulo que el Fiscal supone fue realizado con información entregada a la revista por Scherer cuando era el jefe del Jurídico de AMLO.
Otro asunto es que Gertz le pidió el favor a Scherer de intervenir ante la Suprema Corte, para impedir que se exonerara a su excuñada y a la hija de esta y el Asesor Jurídico se negó a hacerlo.
Como lo dije ayer: todo un sainete político que incluye tráfico de influencias, abuso de poder, corrupción y traiciones políticas en la misma oficina desde la que despacha Andrés Manuel López Obrador.
Todo eso debería ser investigado por una Comisión Plural del Senado o la Cámara de Diputados o de ambas para encontrar una solución en la que no puedan influir ni Andrés Manuel López Obrador ni los implicados.
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