Rectificar, la diferencia entre ganar apretada o contundentemente

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El proceso de Revocación de Mandato fue un ejercicio impulsado por Morena para medir su voto “duro” y/o “cautivo” con el resultado de la opción sobre la continuación de Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República.

En ese supuesto (bastante creíble), entonces dicho voto oscila en los 15 millones 159 mil 323 ciudadanas y ciudadanos, entre militancia y electores “cautivos” vía los programas sociales o cualquier otro beneficio.

Quizá ese voto sea más, considerando que en la jornada revocatoria se instalaron menos casillas que en una elección presidencial cuando son prácticamente equivalentes. Pero sin presupuesto suficiente, el Instituto Nacional Electoral (INE) hizo lo que pudo.

¿Cuánto más? Es incierto, tal vez otro millón o dos.

Tales 15 millones se comprenden en el resultado total de la jornada revocatoria del pasado diez de abril: 16 millones 502 mil 636 votantes, de los cuales 1 millón 63 mil 209 votaron por que se le revocara el mandato a AMLO, y 280 mi 104 resultaron votos nulos.

El experimento le resultó al presidente López Obrador y a Morena para medir su fuerza. No obstante, cabe observar lo siguiente:

Si los 15 millones y fracción de votos favorables son morenistas, ¿dónde están los aliados? O si la cifra suma también votos promovidos por éstos, entonces el voto morenista es menor (ya sean puros o “cautivos”).

Como sea, 15 millones y fracción de votantes no alcanzarían para que Morena, con la fuerza de AMLO, vuelva a ganar la Presidencia de la República, considerando que en 2018 López Obrador ganó por 30 millones 113 mil 483 votos.

Podría decirse que ahora López Obrador tiene asegurados 15 millones de votantes a favor. Pero entonces ¿dónde está el otro 50% que votó por él en 2018? ¿No participaron en la jornada revocatoria por alguna razón? ¿O representan los votos de la sociedad civil que en ese año se enamoró de AMLO y hoy se encuentra desencantada de él, de su ejercicio de gobierno, de Morena y de la “4-T”?

En vez de “echar las campanas al vuelo” con el resultado de la jornada revocatoria, López Obrador, Morena y aliados, deberían analizar las razones de la sociedad civil para no darle el gran respaldo como en 2018, amén de la diferencia en el interés que despierta una elección presidencial y un ejercicio de democracia directa forzado.

Analizar por qué, si acaso, la sociedad civil los está abandonando a poco más de la mitad del sexenio de AMLO, y a ocho años del registro de Morena como partido político nacional.

Por cierto, cabe preguntar: ¿Más allá del registro, en los hechos Morena es ya un partido político? Recordemos su origen: Un movimiento, el cual abrazaron intelectuales, empresarios, científicos, artistas, organizaciones sociales y civiles, y ciudadanía apartidista.

Y no obstante el descenso a nivel nacional –que incluso se vio en 2021 cuando Morena y aliados perdieron la mayoría en la Cámara de Diputados Federal–, en vez de rectificar, continúan con acciones que desalientan a la sociedad civil y al sector productivo, el cual ha sido el más golpeado en el actual sexenio presidencial.

Y AMLO y Morena siguen con el mismo discurso: “La Cuarta Transformación”, “el pueblo”, “primero los pobres”, “terminar con la corrupción del pasado”, “los neoliberales”, etc.

Para decirlo en un lenguaje común: Ya cambien de disco, pues parte de la ciudadanía ya no cree, y de aquí al 2024 quien sabe cuánta más se desencantará.

Olvidan que son gobierno y actúan como si fuesen oposición; incluso, usando el viejo discurso de la “izquierda”; ésta se encuentra en el poder y debe renovarse; caso contrario corre el riesgo de perfilarse al fracaso electoral.

Vaya, hasta “los pobres” y “el pueblo” al cual la izquierda lopezobradorista alude en el discurso, un día se cansarán.

GUBERNATURAS 

En cuanto a las seis entidades federativas que este año renuevan gubernatura, la jornada revocatoria arrojó las siguientes cifras a favor la continuación de AMLO en la Presidencia de la República: Oaxaca, 673 mil 278 votos; Tamaulipas, 459 mil 874Hidalgo, 425 mil 421; Quintana Roo, 272 mil 302Durango, 133 mil 250; y Aguascalientes, 84 mil 731 votos. 

Así, en ese orden. 

En el supuesto de que dichas cifras representen el voto “cautivo” de AMLO y la capacidad de movilización de Morena, entonces tiene la probabilidad de ganar las elecciones de gubernatura del próximo 5 de junio.

Sobre todo en Oaxaca, Tamaulipas, Hidalgo y Quintana Roo. Y aún en Aguascalientes y Durango, donde, de las seis entidades, se registró la más baja votación a favor de AMLO y donde la oposición le va pisando los talones a Morena.

No obstante, Morena y sus candidaturas también necesitan cambiar el discurso, pues si bien el mensaje de la “transformación” puede pegar, considerando que en las seis entidades gobiernan los partidos opositores y entonces suele funcionar el discurso del cambio (sin que sea la regla), también el desgaste federal de la “4-T”, puede pegarle.

Rectificar, o por lo menos modificar en algo el discurso, puede hacer la diferencia entre ganar contundentemente o ganar con margen cerrado de votación.

Y bueno, no solo es modificar el discurso, sino ofrecer propuestas de realización cierta a favor de los sectores golpeados y abandonados por la “4-T” de AMLO, por ejemplo, el sector productivo.

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