Ulises Ruiz Ortiz
Después del reencuentro de la “oposición” en la Cámara de Diputados con motivo de la contrarreforma eléctrica de AMLO, parece surgir la idea de que es posible ganarle a MORENA la presidencia de México en el 2024, sin embargo todavía es sólo un espejismo, pues la realidad es que en esa ocasión se logró contener una reforma constitucional que requería el voto de dos terceras partes de los diputados. Los 15 millones de votos de la farsa de revocación de mandato tampoco son una noticia definitiva y definitoria.
El PRI y el PAN todavía no convencen de haber entendido el mandato ciudadano del 2018 que los relegó a segundo y tercer lugar. Ahora sus dirigentes anuncian que propondrán una reforma electoral que incluya la obligación de llevar a cabo elecciones primarias al interior de cada partido para definir a sus candidatos a la presidencia, supongo que para partir de ese proceso para decidir al candidato de una posible alianza opositora.
En mi opinión, la idea es buena. De hecho lo he venido señalando en los últimos años cuando pedía la democratización del PRI. La democracia empieza desde los partidos políticos, insistí en diversas ocasiones. De no prosperar la reforma que proponen, establecerla al interior de sus organizaciones, los distinguiría de la anti democrática y manipulable forma de seleccionar candidatos de MORENA: las encuestas.
En 2024 estará en juego la continuidad del mal llamado “proyecto” de AMLO y su partido contra la posibilidad de una propuesta distinta. Con la idea de encararlo desde una alianza de partidos, se ha iniciado una intensa búsqueda de personajes de entre aquellos que han manifestado implícita o explícitamente su intención de competir.
Pero me parece que no le alcanzará a los partidos de oposición, aún si van juntos, para derrotar a la maquinaria morenista, que para entonces tendrá al gobierno federal y más de veinte gobiernos estatales para operar el proceso y conservar el poder. Es necesario incorporar en la ecuación a los 70 millones de mexicanos que no militan en los partidos y que no son sujetos a coacción pues no reciben programas sociales.
Y ahí reside la importancia de establecer primero el método para incluir a la sociedad en la definición de un candidato con el apoyo de los partidos, si, pero sobre todo con el soporte de la mayoría de la ciudadanía. En eso coincido, en la elección primaria, pero siempre que vaya más allá de los partidos; una elección entre posibles candidatos independientes y aquéllos que los partidos decidan incluir. Hay varios perfiles cuyos nombres circulan en las redes sociales que deberían ser considerados, insisto, ante el desgaste de los partidos políticos.
Desde el Movimiento por el Rescate de México venimos impulsando, la idea de construir un andamiaje de precandidaturas independientes para todos los cargos que estarán sujetos a elección en el 2024, para que sean considerados junto a los precandidatos de los partidos para seleccionar democráticamente al más competitivo, mediante el voto directo de la ciudadanía.
Estamos convencidos de que el mejor remedio para paliar las vicisitudes que enfrentan los partidos es abrirse a la sociedad apoyando también a los independientes que puedan ganar sus elecciones. Una buena combinación de candidatos independientes con aquellos surgidos de los partidos políticos si constituirían un amplio frente que competiría con posibilidades reales de triunfo.
Desde el movimiento que encabezo seguiremos impulsando ante los partidos de oposición, a ciudadanos independientes para que en contiendas primarias diriman las candidaturas de unidad de todos, partidos y ciudadanía, que ansiamos un país mejor.
De no abrirse los partidos de oposición, seguiríamos buscando la consolidación de un frente de candidaturas independiente en todos los cargos que competirán, la presidencia de la República, todo el senado y diputados federales, nueve gobiernos estatales, 27 congresos locales y 1500 presidencias municipales. Las candidaturas independientes son el instrumento más poderoso que tenemos los mexicanos para hacer cambios de fondo y llevar al país a constituirse en una potencia mundial.
Si la oposición no entiende que la mayoría de los mexicanos están cansados de MORENA, del PRI, del PAN, del PRD, del PVEM, de MC, el PES y el PT, es que no entienden la fuerza del pueblo en votos y candidaturas apoyadas por 70 millones que no pertenecemos a ningún partidos político, ni queremos sus lastres, cuotas y recomendados para los cargos de elección.