Analfabetas que leen

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Lo peor que puede hacer un gobernante es abusar de los analfabetos que saben leer. No es un error de pensamiento, lo he escrito con toda intención. No necesariamente la ignorancia y la cultura van amarradas de la pobreza.

Hay quienes viviendo en la opulencia presumen su insultante ausencia de la más mínima ortografía, pero saben leer. Otros los más infames se han preparado en la vida para abusar y vivir explotando a los pobres, una explotación llena de engaños, promesas y mentiras.

Esos que saben leer se enriquecen quitándoles a los pobres su primera fortaleza: la dignidad. Pero entonces entendemos que el nivel de comunicación se baja al más primitivo nivel para entenderse con los analfabetos. La incultura y la ignorancia hoy se presumen, antes era motivo de vergüenza.

Hay quienes a nombre de una nación evitan eventos internacionales porque no saben inglés o porque sus modales son inferiores, porque no tienen argumentos que debatir y menos razones que imponer, aunque sepan leer. Su propio comportamiento gestual así lo demuestra. Se encorvan, no miran a los ojos, tartamudean.

Pero frente a su público alardean, se crecen, suben el tono, acusan, se burlan y todo porque les hablan a ellos: a los analfabetos. No exigen a sus escuchas una inteligencia mínimamente preparada, saben que los dominan con consignas baratas.

Un analfabeto entendiéndose con analfabetos y a falta de articular ideas el recurso es distraer con cantantes que parecen decir lo que el analfabeto no se atreve. Pero sabe que eso gusta a los otros analfabetos porque son las tonadas que cantan y que los contratan en plazas públicas para entretenerlos.

Luego entonces hablan igual que los criminales usan sus terminos, se identifican con ellos, entienden sus códigos, los nivela por igual a criminarles con analfabetos y negocia con ambos, no los confunde, los funde en un solo molde. Y los hace crecer porque es parte de su esencia provocadora. Los crímenes más brutales se convierten en anécdotas y motivos para culpar a otros.

El líder espera convertirse en mayoría y con ello subirse al pedestal del protagonismo y mesianismo. Todo se convierte en elemental, en ordinario, en frívolo, primario para que los analfabetos que saben leer lo entiendan y lo halaguen.

Hace creer a los aplaudidores analfabetos que leen que estarán en ciclos superiores, pero no se dan cuenta que los están dominando, porque saben leer, pero no leen. Por ello, algunos analfabetos que saben leer solo responden a peticiones de los de arriba para aprobar o desaprobar leyes.

Se mantienen en debates estériles, inútiles que hacen perder el tiempo mientras la nación pierde el rumbo. No leen, obedecen, pierden la noción, el estilo, la autoestima y se vuelven seres intolerantes y agresivos. Los que aspiran a más, los que se preparan, los que triunfan estorban porque saben valorar acciones y exigir respuestas.

Quien demuestre categoría y educación es de inmediato considerado adversario y entonces a descalificarlo encolerizando a los analfabetos que no leen para provocar linchamientos masivos. Vienen las provocaciones, se estimula el enfrentamiento manipulando a los analfabetos que saben leer.

Las presas más fáciles no son aquellos que por decisión no toman ni un libro en un año, sino aquellos a los que los analfabetos que saben leer les han arrebatado su calidad de vida y su futuro ofendiéndolos con dádivas y limosnas para que continúen en la pobreza. Y eso es una desgracia.

Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.

@cramospadilla