Ciertamente, en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) “la unidad es su fuerza”, como dijo el presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”) en la primera jornada del encuentro interno denominado “Diálogos por México”.
La falta de unidad lo ha colocado al filo de la extinción.
Factores como las candidaturas sin arraigo, la imposición, la juniorcracia interna imperante, el desapego de las causas sociales, los pésimos ejercicios de gobierno en los órdenes federal, estatal y municioal (con sus honrosas excepciones), han contribuido a la desunión priista.
Entonces sí, la unidad es la fuerza del PRI.
Pero eso de que “México aún está por conocer al mejor PRI de todos los tiempos”, suena a una misión imposible. Para que sea realidad, primero tendría que haber una purga interna para por lo menos quitar de los espacios de poder a malos cuadros priistas, empezando por “Alito” y su élite del Comité Nacional.
Limpiar sectores, organizaciones y organismos especializados; renovar estructuras en todos sus niveles; impulsar candidaturas presentables, naturales; y, entre otras cosas, corresponder a la militancia. No que la usan para llegar al poder y después la arrojan al olvido. Un clarísimo ejemplo es Oaxaca.
En fin. Internamente, el priismo ni siquiera ha podido quitar a “Alito” de la presidencia nacional. El campechano se “montó en su macho”, hizo como que escuchó a ex presidentes del partido inconformes con los resultados de las elecciones locales 2022 (donde Morena le volvió a ganar al PRI la mayoría de las gubernaturas) y con los supuestos actos ilícitos ventilados por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores.
Ojalá la ciudadanía mexicana conociera “al mejor PRI de todos los tiempos”. Porque siempre es necesaria una buena oposición para los contrapesos a cualquier intento de poder omnímodo. Sin embargo, los hechos están demostrando lo contrario.
Así que tampoco es creíble el augurio de Moreno Cárdenas: “El PRI está listo para regresar y volver a gobernar en coalición.”
Ni listo para regresar por sí mismo a la Presidencia de la República, pues su estructura y su militancia de base aunque quieran, se encuentran maniatadas por los controles internos.
Ni listo para gobernar en coalición, cuando la cúpula acaba de traicionar al PAN y al PRD incumpliendo los acuerdos legislativos que traían al presentar, incluso, mediante la entonces diputada Yolanda de la Torre la iniciativa para ampliar el periodo de la Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, que Morena respaldó con gran entuciasmo.
¿Qué la decisión legislativa es lo mejor para México? Eso lo dirá el tiempo.
Imagínense que el PAN y el PRD perdonen la falta de palabra del PRI con el ánimo de salvar la alianza electoral “Va por México” para competir juntos contra Morena en las elecciones locales 2023 y en los comicios concurrentes 2024, y de repente, ¡zaz!, la cúpula priista incumple acuerdos electivos.
Es tan fácil simular competir, para en realidad perder.
“CORCHOLATAS” PRIISTAS
En la primera de las dos jornadas de los “Diálogos por México”, participaron la senadora Beatriz Paredes Rangel, el diputado federal Ildefonso Guajardo Villarreal; el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa; y el exsecretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría Treviño.
De ahí que los “Diálogos”, han sido considerados como una pasarela de “corcholatas” (aspirantes o prospectos) a la candidatura del PRI a la Presidencia de la República. Hace poco Rubén Moreira públicamente valoró a Gurría como un cuadro aceptable, incluso por el PAN y el PRD para postularlo por la coalición “Va por México” a la sucesión de AMLO.
Pero Beatriz Paredes también es un avezado cuadro priista, que bien podría encabezar la candidatura presidencial del PRI por género. Aunque Claudia Ruiz Massieu Salinas ha dejado ver su inquietud por competir. Sin embargo, la tlaxcalteca tiene experiencia en gobernar.
Alejando Murat, no solo ha alzado la mano, sino que hasta ha emprendido una intensa campaña de promoción de su imagen en portadas de revistas, en entrevistas en medios masivos de comunicación, y en espectaculares en diversas entidades del país.
Y hay más “corcholatas” priistas. Por ejemplo, Enrique de la Madrid.
Si se fijan, la mayoría de los cuadros del PRI mencionados como prospectos a la candidatura a la sucesión presidencial 2024, tienen un denominado común: Apellidos de dinastías internas. En último de los casos, eso sería de lo menos; lo demás serían sus cartas de presentación para ganarse la candidatura. ¿Qué han hecho por el crecimiento de su partido? ¿Y qué, en los cargos públicos y de elección popular ejercidos hasta el momento?
En fin, si “México aún está por conocer al mejor PRI de todos los tiempos” y “el PRI está listo para regresar y volver a gobernar en coalición”, entonces éste partido debería de volver los ojos a la militancia y que sea ésta la que elija al candidato o a la candidata presidencial, pero en una elección interna real, no simulada.
ALEJANDRO MURAT
En su participación en la primera jornada de los “Diálogos por México”, Alejandro Murat Hinojosa, Gobernador de Oaxaca (cuyo mandato concluye a finales del próximo mes), afirmó que es necesario comenzar por crear en México una atmósfera propicia para que haya diálogo, competitividad y calidad de vida. Y cuestionó: “¿La tenemos hoy?”
La tenemos hoy, ¿en qué contexto? ¿En el contexto del Gobierno Federal encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (Morena)? Que sus palabras no lleguen a oídos del tabasqueño si es que lo dijo en sentido negativo; pero si fue en positivo, seguirá ganándose el cariño de AMLO.
Y miren, según el comunicado, Aejandro Murat consideró que: “Hoy México tiene todas las condiciones para crecer y desarrollar, basta tener la planeación correcta y ejecutarla, porque el secreto no está en el diagnóstico, sino en la ejecución. Estamos listos para cambiar la narrativa y despertar un México de esperanza que merecemos”.
Algo similar dijo cuando andaba en campaña para la gubernatura de Oaxaca. Por eso hasta se le llegó a llamar “el milagro oaxaqueño”. Sin embargo, en muchos aspectos el milagro no ocurrió; o tal vez fueron demasiadas las expectativas de la ciudadanía que esperaba más de él.
Reza el refrán: “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”. No vaya siendo que con la llegada del morenista Salomón Jara Cruz (quien sucederá a Alejandro Murat en la gubernatura), Oaxaca “salga de guatemala para entrar a guatepeor”.
Ya falta menos de mes y medio para que Salomón Jara empiece a demostrar su capacidad para gobernar, que si es buena, corresponderá a las expectativas ciudadanas; que si es mala, vendrá la decepción.
Retomando el tema: En lo que sí tiene toda la razón Alejandro Murat es en las siguientes palabras: “A la política se entra con el corazón y al servicio público con la convicción y la claridad de los principios.”
Pero esas cualidades son tan especiales, que poquísimos políticos las poseen; en la generalidad, del partido que sean, entran a la política y al servicio público con el ánimo de servirse y de agarrar trampolín para el siguiente cargo.
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