El arte de acomodarse

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Hacer política en México no es servir a la nación, es perfilar sus proyectos a estar en la nómina, en la supervivencia, en la impunidad y en la complicidad sino preguntemos al Partido Verde. No les importa saltar de un partido político a otro o venderse a un cargo administrativo sin siquiera conocer del tema.

Son aquellos que en un tiempo han sido acusados de tirar un sistema electoral o ser calificados como “asesinos” o “corruptos” para ahora decir que forman parte del privilegiado grupo que gobierna al país. Es indignante la serie de argumentos disparatados que hemos escuchado y leído sobre el caso de quien aún pretende presidir la Suprema Corte de la Nación.

Si así es como una ministra se defiende de la comprobación de un posible plagio, en verdad estamos en serios problemas y estoy tratando sobre la institución más sólida en materia de justicia. Sin aclarar nadie si estoy es responde un plagio, nos hemos movido por días en especulaciones y sanciones mediáticas y políticas sin sentido. Como sea la ministra esta derrotada moralmente.

Sus actuaciones últimas han sido muy sesgadas y parciales como su determinación porque Pio López Obrador no sea investigado. Cierto que ella no es responsable de las contrataciones que su marido haga con el gobierno, pero si es beneficiaria y corresponsable dado que para firmar los convenios hay regulaciones que han quedado en la sospecha del favoritismo.

Este asunto está poniendo en la línea de fuego a otras instituciones como la propia UNAM que no debe regalar su prestigio por proteger los intereses personales y políticos de una ex alumna. Nada debe flotar en los supuestos sino en las comprobaciones, pero llama la atención que por ejemplo María José Añorve, hija del senador priista Manuel Añorve, acusado por sus mismos correligionarios de sostener la presidencia tricolor de Alejandro Moreno y traicionar el voto de su partido para favorecer iniciativas de AMLO, trabaja como profesional operativa en la ponencia de la ministra Yasmín Esquivel.

No es extraño entonces que el senador Añorve se volcó en apoyo manifiesto a la ministra Esquivel luego de evidenciarse un presunto plagio que en semanas ella misma no ha podido desmentir ni comprobar técnica ni académicamente. “Expreso mi apoyo total a la ministra por conocer su integridad, honorabilidad y valores que han regido su actuar. Su único pecado es intentar presidir la SCJN y eso le ha ocasionado, por sus adversarios, calumnias y golpes”, escribió el legislador en su cuenta de Twitter. Cuidado con esas expresiones.

Aquí no es asunto religioso para considerar si es o no pecadora pero peor aun cuando se habla de calumnias, repito ella misma sólo ha presentado testimoniales sobre su aparente figura moral, pero ninguno de sus defensores ha probado que no es plagio. Se ha difundido que María José se desempeña como profesional operativa de rango D. Cuenta con un salario de 28 mil 258 pesos netos al mes desde enero del 2020.

Añorve y otros deben explicar y comprobar muchos elementos como si es auténtico que la ministra Esquivel no cumple con los 10 años de antigüedad que fija la ley para ser presidenta de la Suprema Corte de Justicia. Y deberían ser severos críticos de las expresiones presidenciales al defender a “esta ministra” pero llenar de infundios, insultos, agresiones y descalificativos a quienes dieron a conocer las supuestas irregularidades. AMLO le pega al mensajero y no entiende el mensaje porque está claro que mueve sus piezas para consolidar sus iniciativas que, si no pasan avaladas por la ley, se imponen por planes secundarios en mayoriteo legislativo y contratación de incondicionales.

En juego está la democracia del país con el INE, la impartición de justicia por la SCJN y el prestigio de la UNAM, temas muy superiores al “pequeño error” (dijo AMLO) que cometió la anterior estudiante. No senténcianos, no apoyamos ni demerítanos a la ministra, sólo exigimos probidad, lealtad, cordura, entrega, compromiso y decencia en el máximo cargo público de la administración y procuración de justicia.

¿Queremos ser una nación sólida? empezamos por fortalecer al Estado de Derecho no defendiendo los derechos de crimínales y delincuentes incluyendo a quienes manejan “aportaciones” irregulares de dinero para el “movimiento” o son postulados para cargos de elección popular con antecedentes reprobatorios y dando nalgadas a los delincuentes viviremos más seguros.

Aún estamos a la espera de que la ministra pruebe que no es plagiadora y que la UNAM publique un veredicto, una conclusión legítima clara y contundente que de solvencia y credibilidad.

Conductor del programa Va En Serio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.

@cramospadilla