Él problema del combate a los cárteles, por lo menos en México, no está resuelto. El gobierno de México, todos, celebran, festejan la captura de capos mediáticos pero la operación en general de los crimínales no se reduce, por el contrario, se fortalece y se multiplica.
La detención de Ovidio Guzmán es un claro ejemplo. Tratan de manipular hasta la identificación de las células crimínales.
Hoy cuidan decir Cartel de Sinaloa por Cartel del Pacífico. Pero el grupo delincuencial no fue desmembrado, ni controlado, menos desaparecido. Ovidio ni es el más importante ni se redujo la inmensa fuerza de su grupo que mostró por segunda ocasión su devastadora fuerza armada.
La advertencia a extranjeras de peligro por lo que ocurre en México se están dando en todo el mundo, principalmente Estados Unidos. No es la primera ocasión que anticipan un probable cambio de estrategias. Han señalado que es probable una intervención abierta en nuestro territorio al calificar a los carteles como “terroristas”.
En las últimas horas Donald Trump manifestó que “Como presidente, desplegará a las fuerzas especiales para infligir el máximo daño a los cárteles. Los cárteles están haciendo la guerra contra EE.UU., ahora es el momento de que EE.UU.
haga una guerra a los cárteles”.
Y esto tiene que ver y mucho también con los flujos migratorios que en su gran mayoría son manejados por delincuentes de trata de personas o bien de tráfico de maleantes ilegales. No es casual que Biden obligue a
a recibir a 30 mil deportados cada mes. Por ello hemos insistido en que se debe pedir cuentas a personajes como Horacio Duarte que debe muchas explicaciones sobre la porosidad de las fronteras, el tráfico de armas y el asunto del famoso Jumbo boletinado como terrorista que partió de México hacia Sudamérica con aparentemente crimínales y armas en su interior. Me da la impresión que estamos despertando al tigre sin medir las consecuencias.
Estar extraditando a crimínales para que en Estados Unidos si les apliquen la ley y esteños a la espera de cazar información “conveniente” para el golpeteo político es aberrante.
Encarcelar a asesinos, violadores, matones o narcotraficantes no debe tratarse como trofeo deportivo que merezca el aplauso social. Es obligación del gobierno fortalecer al Estado de derecho y brindar garantías de seguridad pública.
Pero, así como mandan tras las rejas a unos cuantos falta desenmascarar a sus cómplices que desde su cómoda oficina de gobierno son los más atractivos cómplices con impunidad.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv a canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio
@cramospadilla