El fenómeno de la comunicación con casos inverosímiles, que mientras más irracionables e imposibles de explicar, mayor penetración tienen. Se acuerdan del impacto de la película “El exorcista” de los años setenta, 1973 para ser precisos, dirigida por William Friedkin, quienes la han visto cuando se les pregunta de que se acuerdan o qué les impactó más, es la cabeza de la niña dando vueltas, ésa escena, provocó el mayor impacto en su público, por lo inverosímil o imposible de realizar, el ser humano, aún, sabiéndolo ilógico, lo difunde inclusive cuando su subconsciente reconozca que es imposible y por tanto es mentira, pero estimula el morbo. Otro caso de fenómeno de paranoia colectiva fue el chupacabras, todo un fenómeno, que trascendió las fronteras hasta Estados Unidos, por la población mexicana en aquel país, se tejieron en torno a esa figura, un sin número de leyendas. En bastantes comunidades se esparcieron rumores que abonaban a la alarma colectiva. Hace años también en la memoria colectiva, en Santa María la Ribera, una vieja colonia aristocrática, de la ciudad de México, de la época porfiriana, pegada a las instalaciones de Santo Tomás, del Instituto Politécnico Nacional (Poli). Bueno pues ahí, a finales de los años cincuenta y principio de los sesentas ya posicionada la famosa canción de “La Boa” de la Sonora Santanera, referente a un bailarín, aprovechándose la popularidad de la canción, se corrió el rumor, de que en los drenajes de la zona, se escondía una Boa que había sido vista por algunas personas – sin precisar – pero el rumor corrió, se decía que llegaba al amparo de la oscuridad con las madres que amamantaban a sus hijos, les daba a chupar la cola a sus bebes a manera de chupón, mientras ella se amamantaba de la leche materna, aunque hoy nos parezca inverosímil, los casos mencionados, en su momento, fueron un fenómeno de comunicación, útil para distraer a las masas.
El rumor, como el caso descrito en la película “Canoa” desató el odio colectivo que desembocó en una tragedia, así se da la manipulación de las masas. Esa manipulación de la que era un experto Joseph Goebbels el cerebro publicitario de Hitler y que hoy en México vemos una bizarra versión tropical. Hechos que nos parecen aislados e inverosímiles, como el arribo de extranjeros y su penetración en las regiones más pobres están penetrando en México ante la incredulidad de muchos mexicanos, ya circulan en redes videos, donde se ve a capacitadores adoctrinando con arengas y canciones de alabanzas, como sucede en cualquier dictadura. Así sucedió también en los años setenta, denunciados y alertados por Raymundo Riva Palacio, entonces corresponsal de “Uno Más Uno “en Washington, sobre la penetración de “Los Cursos Lingüísticos de Verano” en la región de Chiapas, donde proliferaron, – hasta la fecha – sectas religiosas de todo tipo, preámbulo del conflicto en Chiapas, tema que conocimos desde entonces por el periódico de los universitarios de esos años el “Uno más uno”, antecedente de la “Jornada”, luego de la revista “Proceso” hasta el actual periódico “Reforma”.
Parece que nadie se percató del intento de distracción del uso del “Aluxe” o duende maya, dirigido a la audiencia de las mañaneras para ocultar la marcha.
Después de la marcha del 26, viene el endurecimiento de medidas gubernamentales para incendiar la ignorancia de los mexicanos y enraizar a la 4Tiranía.
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