El proceso de selección de las personas a las consejerías del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) que en breve quedarán vacantes, incluyendo la presidencia, empezó torcido desde la emisión de la convocatoria, pasando por la integración del Comité Técnico de Evaluación de aspirantes.
Y sigue torcido ante la queja de aspirantes en torno a una probable filtración del examen, cuya elaboración, además, estuvo a cargo de dos integrantes del mismo Comité, según se reconoció en un comunicado de éste.
La elaboración y aplicación del examen debió estar a cargo de una institución académica con credibilidad, vía su personal avezado en electoral, constitucional y derechos humanos, que son las materias sobre las cuales versaría el examen. Así se hubieran garantizado preguntas objetivas, transparencia y el control ante el riesgo de filtraciones.
En fin. El Comité Técnico de Evaluación elaboró y aplicó un examen con preguntas técnicas y políticas basadas sí en textos y normas, pero bastante subjetivas como la siguiente por ejemplo:
“Para solucionar un conflicto en una democracia de debe: Aplicar la solución que propongan las élites intelectuales. Aplicar la solución que propongan los líderes morales de la comunidad. Recurrir a los medios que sean necesarios para restablecer la paz y estabilidad. Negociar la solución con todos los actores involucrados.”
Otras preguntas más que de opción múltiple, fueron de confusión múltiple, porque más de una respuesta podrían considerarse como correctas, sin embargo para el Comité solo una era la válida; es el caso por ejemplo de la siguiente pregunta:
“Son derechos sociales en el artículo 4 constitucional: Derechos civiles y políticos. La igualdad entre el hombre y la mujer y los derechos reproductivos. Derechos de los niños y las niñas a la educación. Derecho a la salud, a un medio ambiente sano y a la vivienda.”
Uf, tal artículo es larguísimo y establece varios de los derechos descritos en las respuestas a dicha pregunta; incluso comprende los derechos a la identidad, a la cultura y a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. Y varios son derechos sociales.
Y para variar, según trascendió, el sistema de revisión de examen presentó fallas.
Ante tales inconsistencias, seguramente algunas personas aspirantes van a impugnar el examen, sino en que ya lo hicieron. A eso súmenle las impugnaciones de concursantes que quedaron fuera desde la la etapa de revisión de cumplimiento de requisitos; añádanle las dudas o quejas sobre una probable filtración del examen.
Aunque el Comité Técnico de Evaluación asegura que no hubo filtración del examen, pero reconoció que dos de sus integrantes tuvo acceso a éste previo a su aplicación; no obstante, según afirmó, no se imprimió copia alguna, y que hubo cinco medidas de seguridad como el cambio de ubicación de preguntas.
Como sea, hay un cúmulo de situaciones que le restan credibilidad y legitimidad al proceso de selección de consejerías del INE, incluyendo la presidencia del Consejo General.
Y un órgano electoral cuestionado desde su integración en nada sirve a la democracia mexicana y a la paz del país antes, durante y después de unas elecciones, máxime del tamaño de las concurrentes del 2024, siendo la Presidencia de la República el máximo cargo en juego.
A ver qué resuelve la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en relación a las impugnaciones sobre el proceso de selección de las consejerías del INE.
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