Pues al fin terminaron las campañas a las gubernaturas de Coahuila y del Estado de México para las elecciones del próximo domingo; en la primera entidad federativa también elegirán diputaciones al Congreso Local.
Este jueves 1 de junio empieza la veda electoral de tres días, también llamado periodo de reflexión en el cual la ciudadanía tiene la posibilidad de meditar su voto sin el bombardeo de promocionales en radio y en televisión de partidos políticos y candidaturas.
Con sus excepciones, promocionales de ofertas que no son ofertas, sino espejismos; de acciones mediáticas sin efectos jurídicos sobre las elecciones; de guerra sucia, etc.
Claro, no toda la ciudadanía reflexiona su voto durante el periodo de veda, porque quienes forman parte del voto duro ya están convencidos, igual quienes engrosan las filas del electorado cautivo, que es el que recibe beneficios de todo tipo, incluidos en primerísimo lugar los sociales.
Por cierto, en ambas entidades federativas gobierna el PRI. Entonces cabe preguntar: ¿Son elecciones de Estado? Por su parte Morena, vía el Gobierno Federal, tampoco se quedaría con los brazos cruzados; las coordinaciones estatales son poderosas.
Reflexionaría su voto la ciudadanía indecisa, la del voto volátil, la que aún no se encuentra convencida por qué opción política votar. En elecciones competidas, esta ciudadanía puede generar el triunfo o la derrota cuando concurre masivamente a las urnas electorales, o en otros casos cuando se abstiene.
En fin, a la ciudadanía le toca reflexionar su voto.
¿Y qué le corresponde a los partidos políticos, coaliciones y candidaturas?
Pues de entrada quedarse calladitos no precisamente para verse más bonitos o bonitas, sino para evitar sanciones por violentar la ley electoral. Por ejemplo, no deberán realizar ningún acto masivo, ni en corto, en el cual llamen a votar.
Lo que sí pueden y deben hacer es revisar su estructura electoral, cerciorarse de que esté afinadita, que funcione como un engranaje perfecto. De entrada asegurarse de la asistencia de los representantes del partido ante casilla y generales acreditados en el 100% de las casillas a instalarse el próximo domingo en Coahuila y el Estado de México.
¿O no acreditaron el 100%? Porque entonces este sería otro problema. ¿Cómo quieren ganar si descuidan una de las porterías? Las otras porterías son las representaciones ante los consejos electorales, donde las personas acreditadas por los partidos políticos a veces suelen dejar hacer y dejar pasar a cambio de considerables ganancias.
Por eso las representaciones partidistas deben asumirlas personas leales a su filiación política, comprometidas y a prueba de ‘regalitos’ de cien mil pesos para arriba. Cada vez se encarece más este tipo de actividades electorales. Qué triste, ¿verdad? Ya es muy escasa la militancia verdadera.
En fin, en la estructura electoral se basa en mucho los triunfos o las derrotas.
LO QUE SIGUE DESPUÉS DE LAS ELECCIONES DEL DOMINGO
Seguramente al día siguiente de conocerse los resultados electorales se acelerará la sucesión presidencial que, por cierto, ya anda desatada.
Quizá en todos los partidos políticos las ‘corcholatas’ exigirán a las dirigencias partidistas dar a conocer cuánto antes las reglas para la competencia interna, cuyos procedimientos formales se llevan a cabo a principios del inicio del proceso electoral.
¿Y si no? Corren el riesgo de desbandada de ‘corcholatas’.
Es probable que también se acelere el destape de ‘corcholatas’ a las senadurías y diputaciones federales, así como a los cargos locales, entre éstos ocho gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
En la mayoría de las entidades federativas con toda seguridad serán prioridad las elecciones federales: Presidencia de la República como diputaciones y senadurías al Congreso de la Unión. Morena pretende todo, y la oposición aspira a ganar la mayoría o por lo menos algunas posiciones más el registro nacional.
Pero además las senadurías cobrarán relevancia considerando que el Senado se ha convertido en el cargo previo a candidaturas a gubernaturas.
