Me parece insultante, francamente fuera de toda proporción preguntarnos como mexicanos si el Presidente está obligado o no a informarnos sobre su estado de salud. Por supuesto que si y más cuando se trata de un asunto de interés y de seguridad nacionales. Ocultar y mentir no tendrían que aparecer como conductas habituales del Jefe de Estado.
La lucidez con que la que gobierna y el equilibrio emocional que presente nos mantiene en alerta. Lo que él declara, argumenta y decide impacta a millones de seres humanos.
Una discapacidad, la que sea, merma la dinámica nacional. En este caso en específico trato acerca del COVID, un virus que es letal en la mayoría de los casos y de contagio masivo y fácil.
Si el Presidente ya presentaba síntomas y malestares y de manera consciente continuó mostrando cercanía con personas y más aún sin tapabocas y sin respetar la sana distancia, quiere decir que actuó con premeditación, con intención poniendo en riesgo la vida de otras personas. No podemos creer que sólo al bajar del avión presentara molestias y por tanto el resultado a los exámenes médicos diera positivo al coronavirus. Saber si el tabasqueño está o no vacunado es de suma importancia dado que los preventivos aún están en fase de experimentación y algunos medicamentos no están autorizados ni por la OMS ni por Cofepris.
El Ejecutivo decidió postulase de manera voluntaria al máximo cargo político de la nación. Solicitó la confianza de la sociedad a través del voto y ahora no puede, en contradicción, lesionar la confianza y credibilidad de los ciudadanos. No es vital conocer si el presidente tiene caries o no, estamos tratando sobre un asunto grave y de emergencia. Hablamos de millones de seres contaminados y muchos más muertos. Es una pandemia sin control y con cambios radicales que modifican su destructivo ataque al ser humano.
Una alteración de esta magnitud, y más aún cuando no hay salvación comprobada, tendría que mantener al presidente bajo estrictos y rigurosos protocolos sanitarios que van desde el aislamiento hasta cuidados médicos permanentes. No puede el tabasqueño andar desafiando a la muerte con estampitas y ridículos pensamientos de falsa moral.
Debe cumplir con los ordenamientos constitucionales y legales y uno de estos es garantizar la salud y seguridad de la población para ello se le abastece de todos los recursos posibles y entre estos no está el ocultamiento y el engaño. No se puede llegar a la presidencia para estafar a la nación aunque a diario se prometa luchar contra la corrupción. Enfermarse es de humanos pero contagiar intencionalmente es de irresponsables. Vamos a tomarle la palabra “ya no me pertenezco soy de ustedes” bueno pues que cumpla e informe con veracidad su estado de salud.
Conductor del programa Va En Serio MexiquenseTV canal 34.2