Fox y su antisemitismo rampante

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Compiten en lo escandaloso, las recurrentes palabras antisemitas de Vicente Fox con el silencio por ellas del PAN y de Xóchitl Gálvez en esta reciente ocasión. A los tres los colocan en el rango de ser unos impresentables gracias a tales desafortunadas y descerebradas expresiones del expresidente, refrendando su antisemitismo e infundiendo odio contra la comunicad judía.

No es aceptable denigrar así a la candidata de Morena llamándola despectivamente judía y extranjera. Ni como mexicana ni como mujer ni por una alusión religiosa y sencillamente, porque su patanería es reprobable y lleva signo PAN, por si a ese partido le parece mejor callarse, como suele hacerlo ante tantas gracejadas del ex. Que lo aguante y alcahuete quien le deba algo, quienes no, nada tenemos que callar. ¿Qué Fox atiende rumores? Nunca se caracterizó por ser persona informada.

El pasado 22 de julio, el expresidente panista Vicente Fox tildó de judía búlgara a Claudia Sheinbaum en plan descalificador. Desconocemos qué problema mental tenga Fox con los búlgaros, con los judíos búlgaros o con la comunidad judía. Los tiene, es evidente. Desde luego que los tiene mostrando su deplorable antisemitismo, o será que solo padece incontinencia verbal, cosa que sería también sumamente grave y nos recordaría que su desfiguro solo es la triste consecuencia ineludible, incuestionable e innegable de no saberse retirar a tiempo. A eso nos expone, a sus tontos dislates innecesarios.

Luego, el pasado 25 de septiembre, dijo que Sheinbaum es judía y extranjera. Vaya pelmazo. De nuevo nos demuestra el panista que tiene un severo problema con las personas judías. ¿Qué sigue? ¿llamar a lincharlas por serlo? Está a nada, ya se ve. Y desde luego que su expresión es un discurso de odio reprobable y sancionado por la Ley federal para prevenir y erradicar la discriminación. Y desde luego que el panista viola, aquí sí, la Ley General de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia en su capítulo mujer política, y demuestra su vergonzante judeofobia y su inadmisible xenofobia, cosa también reprobable. Su odio a los extranjeros resulta inocultable, entonces. Y ambas fobias lo dibujan de los pies ala cabeza. Y el PAN ahora sí se calló. De vergüenza.

Conapred ya le respondió condenando sus palabras, Marko Cortés con una cobardía brutal, se calló, y eso que lo llamó “amigo” en un tuit de meses atrás. Qué patético es el líder de Acción Nacional que con su deplorable silencio ensucia de nuevo sus siglas e invita a negarles el voto. El que calla, otorga y pone al PAN en concordancia con Fox. Piensan igual, entonces. Qué lamentable. El guanajuatense con su singular torpeza y retobón ha respondido no ser antisemita, siéndolo. Por favor, entonces solo se queda en la calidad de ¿idiota? con su posteo atacando de judía a Scheinbaum. Pues, caray, que avise y todos tan conformes. Xóchitl Gálvez ha guardado un silencio muy deplorable, así cortada con la misma tijera. Entonces, merecen que no se les dé el voto que avala sus actitudes antisemitas.

Con palitos hay que explicarle al timorato expresidente que la Sheinbaum no es extranjera y si lo que torpemente quiso decir es que tuviera otra nacionalidad, cosa no ilegal –y tendría que probar ambas cosas– así lo haya externado en plan de suposición, también estaría equivocado. Y si lo hace como campaña negra, resulta un miserable. Pudiera ser que ella tenga dos o más nacionalidades, se desconoce, pero si una de ellas es la mexicana, es mexicana. O es otra vez que estamos ante el deslenguado que no mide lo que dice, que no verifica rumores, que habla por hablar, con el desparpajo de quien cree que se dirige a sus peones o a sus yeguas y deja severas dudas sobre su salud mental. Lo que se dice, sus palabras son una radiografía del panista.

Y la ascedencia de Scheinbaum no importa, pues se beneficia de la misma ley que permitió a Fox ser presidente siendo, él sí, hijo de madre extranjera: la Constitución, ni más ni menos. Y si tiene otras pruebas, pues que las muestre.

¿Con qué derecho Fox y Gálvez insultan a la gente? ¿eso les enseñan en el PAN? Carecen de tal derecho. Ya ve usted, llamando huevones y pendejos a quienes no concuerdan con ella. Con esa soez ligereza que la reviste. Ella, que se ahorró trabajo haciendo su informe recepcional, haciendo trampa. No está para admirarse de los huevones, la verdad. Llamándolos así, escupe al cielo la tambaleante candidata opositora, que no levanta ni con viagra y andaba en California haciendo actos anticipados de campaña.

¿Con qué derecho este nieto de irlandés e hijo de madre española llama extranjera a Claudia Sheinbaum? ¿y él? ¿de qué se admira? ¿con qué derecho su antisemitismo se traduce en dos declaraciones igual de miserables, igual de desgraciadas hacia la candidata de Morena? ¿Por ser de Morena? Pues es el culmen de la actitud que los panistas han tomado contra Morena este sexenio. Deplorables y antidemocráticos. ¿Su xenofobia no halla dónde más escupirla? ¿acaso, si a esas vamos, puede presumir de ser más mexicano, o es más mexicano él o lo parieron en la pirámide del Sol para presumir de mexicanidad extrema? ¿tiene una tabla que mida el grado de mexicanidad en la gente que para él sea idónea? ha de eruptar mariachis, el zopenco. Con esas declaraciones, invitan a no darle ni un voto al Frente que se va de frente con esas deslenguadas.

¿Qué le molesta a Fox de los judíos? Ya son muchas alusiones negativas hacia ellos, de su parte. ¿Es tan intolerante con quienes no tienen por qué pensar cómo él? ¡qué diga qué le fastidia de los judíos de una vez por todas, y ya se deje de monsergas!  Ya destapó su innegable antisemitismo, su ofensiva y denigrante manera de referirse a quien pertenezca a esa comunidad. Da igual si la persona aludida es o no practicante, cercana o lejana. Da igual. Resulta inaceptable la locuacidad y la irresponsabilidad del panista  Fox y sus mentecatas y abominables declaraciones. Si el más antimorenista y el más plantado de seguir a Xóchitl Gálvez se queda callado ante las tonterías de Fox y no condenan sus expresiones,  serán cómplices de tales esperpentos que no llegan ni a palabras.

Lo que nos faltaba, que un expresidente de (todo) México a estas alturas de la vida, dando severas muestras de carencias intelectuales y salud mental, despotrique, señale, increpe a quien sea judío en este país. ¡Vaya manera de despertar animadversión contra esa comunidad! Así empezó el nazismo. Y no es que lo sea el guanajuatense –salvando así falsos debates y las salidas por la tangente– pero su insulto llama al odio contra la comunidad judía y eso es sumamente reprobable y es innegable.

Sus palabras son atentatorias de los más elementales Derechos Humanos. Carece del derecho a asumirse en esa degradada idea de señalar a nadie por su origen y, menos, por pertenecer a una comunidad determinada y tanto menos él, que no es precisamente un saguaro, por muy alto que sea. Él tiene mucho más expuesto y endeble, su componente de auténtica mexicanidad.

¿De qué va a presumir Fox? ¿de mexicanidad químicamente pura? ¿de que lo parieron al pie de la pirámide del Sol para creerse así, con derecho a señalar a otro mexicano? reiteramos: ¿el hijo de española y nieto de irlandés?  Por favor. Es tan mexicano como ella, en dado caso, como para clamar supremacía o pureza de raza de las que carece con esos comentarios tan ridículos y racistas dirigidos a Sheinbaum.

La sociedad no puede callarse como lo han hecho el PAN y Xóchitl Gálvez. Justo, el silencio es lo que dejó avanzar fenómenos como el nazismo. Así que esta denuncia quede porque son muy alarmantes las palabras de Fox. Menos mal que no es Fox quien tiene la prerrogativa de decirnos quién es y quién no es mexicano. Si apenas puede balbucear coherencias, como para decidir temas mucho más importantes como ese.

El antisemitismo de Fox no es acorde que las enseñanzas de San Juan Pablo II. Al que besó la mano en su última visita a México violentando el Estado laico. El polaco dejó claro que los judíos son los hermanos mayores de los cristianos en la fe. Así que la postura del recalcitrante Fox, sale sobrando, además. Qué desapego a su propia fe.

Y el silencio patético del PAN y de Xóchitl Gálvez son de vergüenza, tamaña vergüenza que invita, sí, a negarles el voto en 2024 si ese va a ser el tono que avalan y consienten en quien denigra siglas y propósito. Así como sus seguidores. El que calla, otorga. Ni un voto al Frente.