Marko Cortés: la insana política barata, antidemocrática y embustera

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El PAN se ostenta cada día más como un partido prescindible de nuestra democracia. No hay secreto en la afirmación. Es cosa de verlo con detenimiento. Ajeno a los temas nacionales, incapaz de entender la realidad mundial –la nacional hace rato que no la entiende ni quiere– opinando como si solo fuera oposición, cuando es gobierno en tantos sitios dejando tanto qué desear su mal desempeño. Y embrollado en sus posturas y planteamientos, perdiendo seguidores y afiliados, al grado de que su actual dirigente, el infumable Marko Cortés, ha puesto ya al partido en riesgo de perder su registro nacional por la sangría de votos y militantes.

No es casualidad, sino la consecuencia de su incapacidad, su carencia de empatía y de conocimiento de y con los problemas nacionales que son, al final de cuentas, los problemas de las mayorías. Esas que hoy no son el PAN ni tienen visos de serlo a corto plazo.

Por cierto, la mentada de madres del panista ilustre y siempre llevado a los foros del PAN para presumirlo, Vicente Fox, dirigida “a todas las autoridades” es evidente que incluye a las panistas. ¿Se merecería responderle un escueto y acertado “imbécil”? No cabría duda de que se la habría ganado.

Es la consecuencia tal desastre de panorama para el panismo, de contar con un dirigente tan timorato, tan afectado, tan mentiroso como Marko Cortés. En mala hora fueron a catapultarlo a la dirigencia nacional y todo para conseguir mimetizar al PAN con el PRI, a ese grado de abyección, desdibujamiento y evidente erosión, como fuerza política opositora que opta por la política barata, el embuste, la mentira y el insulto, remarcando especialmente el insulto por la boca de impresentables, verdaderos vergonzantes, como Rabadán, Téllez, Cuevas, América Rangel y sus coqueteos con la ultraderecha, como es el caso de Rementería. Eso es la basura en que han convertido a Acción Nacional. Y lo saben.

Frente al huracán de Acapulco, la boca de Cortés se convierte en un orificio del que se escupe y propalan mentiras, desatinos y verdaderos insultos a la inteligencia de los ciudadanos. Es un suplicio, escucharlo.

Creíamos que solo de priistas abiertos o encubiertos podían provenir tomaduras de pelo como la de afirmar que cabía una evacuación –ya no digamos la prevención de un huracán 5 formado de la nada– o cuestionar el estado que guardaba Acapulco, consecuencia en gran medida de la corrupción priista y panista que precedió al huracán. Heredadas tales decisiones a los gobiernos posteriores.  Lo de la evacuación es de sorna, es una burla tal  sugerencia o la insinuación de su viabilidad y una desmesura expresiva, ridícula y absurda. El puerto cuenta con un millón de habitantes. Si una tormenta tropical de rutina y eso era para todos, porque para eso pintaba, se volvió huracán categoría 5 en 9 horas ¿de dónde se sacan la evacuación? y listillos, preguntémosles ¿a dónde enviar su supuesta evacuación? Para más ridículo de sus insinuaciones antigobiernistas, igual de timoratas y desatinadas que las palabras del panista Cortés, oponiéndose a lo hecho solo por oponerse, cabe decirle a esos listillos que proponen quimeras y sugieren haber evacuado: que una tormenta tropical no lo sugiere hacer ni lo estima. En 9 horas no se consigue lo que proponen, eso sin contar la ausencia de un destino cierto para conseguirlo. Opinan por opinar y confrontar.

Para más burla, para infortunio de esos priistas abiertos y encubiertos, a Gaza le suponía evacuar un millón de personas ante la amenaza israelí de invadirla. Le dieron 24 horas a los gazatíes para desplazarse. Todo el planeta negó la posibilidad de conseguirlo en esas 24 horas. ¿De dónde los opositores al gobierno se sacan que en 9 horas se podía desplazar un millón de personas? y eso sí, muy listillos, sin sugerir a dónde desplazarlos. ¿No le digo?

Pero vuelvo a Marko Cortés. Tres declaraciones lo colocan en grado de tonto o de algo todavía peor, que para el cargo que ostenta es gravísimo y lo menos que consigue es mancillar el nombre del PAN y lo más evidente sí es hacerse fuera de la bacinica con esas declaraciones ridículas. El 26 de octubre lanzó la tamaña zarandaja de que en México se está construyendo una dictadura, afirmándolo cuando inauguró el Foro América Libre. Porque él lo dice, pues. Vamos, el panismo y menos Cortés, son los dueños ni de la definición de democracia ni cuentan con la única ni la mejor. ¿A qué viene asumirse cómo tales? ¿dictadura? Dictadura es verle la cara y oírle a diario decir tanta tontería a Cortés. Recurrir a su política bravucona y barata, solo pudre al panismo como opción, invitando a no darle ni un voto en 2024. Sostener bulos sin ton ni son hace dudar de la salud mental del sujeto.

No conforme, ya metido mal y tarde en el tema Acapulco, donde no se caracterizó ni el PAN ni él por su rapidez ni mucho menos por dejar de buitrear anteponiendo los intereses de la gente, sino los personales y faccioso, Cortés prefirió los de su partido, entonces declaró en “X” que “Acapulco atraviesa una de las peores tragedias de su historia y en lugar de llamar a la unidad nacional, (López) insiste en dividir al país.”

En primera: ¿dividir? bueno, la gente ya está grandecita: se divide quién quiere. Segunda: el PAN ¿cómo ha unido? Para nada. No lo ha hecho, mejor va lanzando sus gigantescas gracejada tras gracejada o uniéndose al PRI hasta mimetizarse. No está para dar lecciones con Guanajuato avasallado por el narco. Y, muy importante, solo va insultando a López, a Morena y a sus seguidores. No es precisamente agente de unidad, sino de verdadera confrontación. El aporte de Cortés y el PAN a la democracia sí están perfectamente en entredicho. Y son una vergüenza. Y la manera mezquina en que abordan el huracán, es denunciable. No proponen ni mucho menos les interesa que se resuelva. Medran con ello.

La gracejada mayor a título de desatino, apenas la soltó el domingo: “El gobierno sí sabía de la magnitud del huracán Otis pero no hizo nada para prevenir oportunamente a la población. Sin duda, la muerte de muchas personas era evitable […]”

Está ya para llamar a un psiquiatra. Vaya, vaya con el ocurrente y mentiroso panista. Ni la ciencia puede explicarse cómo una tormenta tropical típicamente de rutina, avisada y prevista, se volvió huracán categoría 5 en 9 horas, al punto de que al volverse tal, se avisó ahora con carácter de alerta máxima, lo que se podía avisar y hasta donde dio mal margen el escaso tiempo. ¿Por qué mentirá Marko Cortés? ¿qué no se avisó? ¿de dónde se saca la tontería de que el gobierno (sic) si sabía la magnitud? ¿y eso de que pudo prevenir oportunamente, más de lo que había hecho? Eso es tanto como decirle a los ciudadanos tres supinas mentiras firmadas por el PAN que dirige, insultantes a nuestra inteligencia:

  1. Desde que era tormenta tropical con visos de un huracán 1, López ya sabía que era 5.
  2. Que el gobierno (sic) puede afrontar un huracán categoría 5 desde antes que aparezca y cuando aparece de súbito.
  3. Que el PAN tiene un dirigente que ya muestra signos alarmantes de cordura y honestidad intelectal (si es que alguna vez las ha tenido).

Así de obtusos, el PAN y Cortés. Y no se sabe de verdadera solidaridad panista con el puerto.

Solo le faltó decir obnubilado por su odio a Morena, que López envió el huracán. Buitreando, Marko Cortés solo enloda más el nombre de Acción Nacional. Se ha vuelto un agente tan antidemocrático, confrontador a lo tonto y tan ajeno a los intereses nacionales, que avergüenza que aparezca en los foros políticos. Esta última declaración que hizo lo coloca en calidad de “lo perdimos”. Urge que busque ayuda del diván. Y desde luego que también le damos un consejo más: y que mejor se vaya a Acapulco a levantar palmeras muertas. Será una tarea más útil que sus insufribles declaraciones diarias, disparates en toda regla, una más tonta que la anterior, superándose a sí mismo. Por fas, por fas, por fas.