Morena pone otra vez sobre la mesa el polémico planteamiento de reducir el financiamiento público a los partidos políticos. Ahora es vía una propuesta de la senadora Mónica Fernández Balboa para reformar en tal sentido el artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Y vuelve a meter el argumento social: “Utilizar el ahorro de estos recursos públicos para atender alguna emergencia nacional, como la actual pandemia de COVID-19.”
Loable. Pero la propuesta en tiempos electorales suena a proselitismo.
Además ya sería aplicable para el ejercicio fiscal 2021, sino en años subsiguientes, porque cualquier reforma en materia electoral debe tenerse lista 90 días antes del inicio del proceso electoral y el actual se encuentra muy avanzado.
Como sea, también el planteamiento de la senadora tabasqueña parece más un intento de aniquilación de los partidos políticos de oposición, sobre todo de aquellos que todavía están en la lucha de restarle fuerza a Morena: PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano.
(Aunque con las candidaturas en puerta, pululan las demarcaciones electorales donde solitos se enfilan al matadero).
Mónica Fernández propone disminuir a la mitad el múltiplo vigente que se utiliza para destinar recursos para las actividades ordinarias y permanentes de los partidos. O sea, modificar la fórmula para calcular el financiamiento consistente en multiplicar el número de ciudadanos inscritos en el padrón electoral por el 65% de la Unidad de Medida y Actualización.
No está mal la idea y quizá la mitad sea hasta mucha reducción. Pero hay otros rubros factibles de eliminar para reducir prerrogativas: Las franquicias postales y telegráficas que en tiempos de avances tecnológicos ya no tienen razón de ser; las exenciones de ciertos impuestos y los porcentajes adicionales para algunas de las actividades específicas.
En fin, sí habría que reducir el financiamiento público a los partidos políticos, pero no a cuchara libre como plantea la senadora Mónica Fernández.
El problema de su planteamiento no está en la modificación de la fórmula, sino en los entes que tendrán la facultad de disminuir el financiamiento público de manera discrecional: El Presidente de la República y la Cámara de Diputados.
¿Por qué el mandatario? El presupuesto siempre ha sido facultad de la Cámara Baja precisamente para evitar manejos discrecionales o facciosos. Con la tirria que el presidente le tiene a la oposición, en un dos por tres le reduce el financiamiento.
Ah, claro, según que la reducción aplicaría “si México vuelve a experimentar una pandemia similar a la actual, o algún desastre natural de proporciones mayores”, entonces el tijerazo al financiamiento de los partidos sería destinado a la atención de este tipo de situaciones.
“Si México vuelve a experimentar…” Toquemos madera.
Resulta una iniciativa hasta engañosa. Lo urgente es atender la pandemia actual Covid-19, y para ello no hay recursos porque se privilegió el presupuesto para acciones de gobierno que pueden esperar.
Y todavía dice que los partidos “no irán a la quiebra si les resta varios millones de pesos, sobre todo si estos recursos se redirigen a la compra de vacunas, al incremento de los estímulos económicos del personal médico que está en primera línea de batalla epidemiológica, al incremento de la plantilla de personal del sector salud y de su equipamiento.”
¿Por qué los morenistas insisten en jugar con la salud de mexicanas y mexicanos?
Las vacunas son ya, no a futuro.
Ahora que si la senadora Mónica Fernández piensa a futuro, que también plantee eliminar los 32 senadores de representación proporcional (plurinominales) y por lo menos cien diputados electos por el mismo principio; sería un gran ahorro.
Aunque una reforma de tal naturaleza sería hasta para la siguiente elección después de la de este año…ah, pero aplicaría para elegir a los miembros del Senado de la República.
En lo que sí tiene razón la senadora es en lo siguiente: “No hay razón para mantener los exorbitantes montos de financiamiento público, calculados a partir de una fórmula matemática que respondía a condiciones del siglo pasado”.
Es necesario revisar y modificar la fórmula, pero no a manga ancha.
LOS BORRARÁN DEL MAPA
La oposición integrada por el PAN, el PRI y el PRD anda demasiada confiada en la fuerza de la coalición “Va por México”, como si solita fuese a arrasar en las próximas elecciones concurrentes, sobre todo en las federales.
No se trata de un fenómeno como el del 2018 encabezado por Morena; partido que sigue siendo fuerte a pesar de sus imperdonables errores.
Si se atontan y no ganan la mayoría de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Morena los puede borrar del mapa empezando por reducirles el financiamiento público.
Y se están atontando con candidaturas decepcionantes.
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