La clave está en los indecisos

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Ha habido muchísimas reflexiones de los ciudadanos sobre cómo votar en las próximas
elecciones del 6 de junio.

Realmente las opciones que tenemos son muy sencillas; o votamos por la creación de
un gobierno autoritario, con pérdida de libertades, dándole un poder absoluto a la
presidencia de la República, al grado de que si un ciudadano no está de acuerdo con
su política se está corriendo el riesgo de perder la libertad o hasta la vida, dependiendo
del grado de amenaza que pueda representar el actuar de una persona en contra al
régimen oficialista.

Sabemos bien que la política del gobierno de López de “abrazos no balazos” no es otra
cosa más que la protección de los carteles de la droga. Vemos cotidianamente como
las autoridades no hacen mayor cosa en contra de los criminales que tienen asolada a
la población en amplios territorios del país, al grado de que las autoridades
estadounidenses han reclamado dicha inacción a las autoridades mexicanas.

La otra opción es que las autoridades actúen con contundencia y estrategia en contra
del crimen organizado, que se apoyen a las autoridades municipales y estatales con
presupuestos adecuados. El oposición plantea continuar con el desarrollo democrático
del país, sin que se pierdan los apoyos sociales otorgados, pero con una ampliación del
Estado de Derecho; es decir, que existan reglas del juego, claras, seguras y certeras,
que permitan el crecimiento económico ante la mayor oportunidad política que ha
tenido México en su historia, de ser parte del bloque económico más grande del
mundo, que es el de Norteamérica, con amplísimas posibilidades de crecimiento para
que los mexicanos, aportemos al desarrollo de nuestras familias, vocaciones, y
oportunidades en el crecimiento económico y el bienestar para nuestras comunidades.

Es muy claro, Claudia Sheinbaum, en reiteradas ocasiones ha manifestado la
propuesta de mantener el régimen autoritario que el presidente López ha venido
confeccionando, siendo una de sus principales propuestas el capturar a la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, a través de que se elijan por voto popular a sus
ministros. Esto, que en apariencia pudiera causar una aprobación popular, pero, en
realidad, lo que hace es poner en manos de los políticos a la Suprema Corte de
Justicia, para que sus resoluciones se ciñan a lo que quiera el presidente, sin respeto a
la Constitución y al Estado de Derecho. Así podemos tener prisión preventiva oficiosa
en todos los delitos que el régimen desee. Esto significa que cualquiera de nosotros
puede pasar años en la cárcel por delitos no cometidos y los delincuentes preferidos
del régimen gocen de una total impunidad.

Con ese régimen autoritario se podrán cambiar las leyes a discreción del presidente,
sin el menor respeto a los lineamientos constitucionales, dejando nuestras libertades a
la deriva y no tener para las empresas un piso parejo y claro para su adecuado
desarrollo, generándose con ello un descrédito como país en donde los inversionistas
no quieran arriesgar su capital, perdiéndose la oportunidad de generar empleos y
crecimiento para beneficio de todos.

Al escoger la opción de Xóchitl Gálvez, tendremos una Corte estable y organismos
autónomos, que nos garantizan la transparencia y las elecciones libres, en dónde se
cuenten y cuenten los votos y una aplicación estricta de la ley en contra de los
delincuentes.

Las estadísticas son muy claras, tanto el voto duro del oficialismo como el voto duro de
la oposición son similares, pero alrededor del 45% de potenciales electores, no han
decidido qué opción escoger. Con ese segmento de la población debemos de trabajar
para enrolarla en la continuación del desarrollo democrático de nuestro país y la
aplicación estricta de la ley.

Creo que las opciones son muy fáciles de explicar, no dejemos que las campañas y los
partidos sean los únicos que trabajen para ello. Los ciudadanos seremos clave para
poder enrolar a esos ciudadanos que aún no conocen las alternativas que existen.

Trabajemos todos en salvar a nuestro país de un gobierno tiránico, que hará que
perdamos nuestra seguridad, nuestras libertades y oportunidades de crecimiento
económico.