Con la presentación del paquete de 20 iniciativas de reformas (18 constitucionales y 2 legales), el presidente Andrés Manuel López Obrador nuevamente marca la agenda.
Y en la época de intercampaña. Justo cuando partidos políticos y personas candidatas tienen prohibido hablar sobre su respectiva oferta de gobierno o legislativa, según el caso.
Mientras, él abrió el debate sobre su paquete de iniciativas: Que si se trata de un plan de gobierno transexenal, de una imposición adelantada para Claudia Sheimbaum Pardo, de un distractor de temas adversos al presidente AMLO, de una estrategia electoral, etc.
Parece una mezcla de todo. Quizá con dos objetivos preponderantes: El electoral y el transexenal.
En el primer caso, el paquete de iniciativas acapara la atención de actores políticos, medios de comunicación y ciudadanía, sobre todo cuando llega a la sensibilidad de ésta con propuestas de mejoría social y económica. Y es válido, porque es ejercicio de gobierno.
No obstante que desde el momento en que el mandatario alude a revertir disposiciones creadas en los gobiernos “neoliberales”, va el ingrediente electoral.
En el segundo caso, el paquete de iniciativas refleja la ansiedad de un gobernante a quien se le acaba el tiempo en el poder formal sin haber concretado su proyecto de nación, entonces pretende garantizarlo vía reformas aplicables para cuando concluya su mandato, casi como un testamento.
Pero, incluso, el paquete de iniciativas incluye temas pendientes del plan de gobierno del presidente López Obrador. Por ejemplo:
“Reconocer a los pueblos y comunidades indígenas y a los pueblos afromexicanos como sujetos de derecho público, atendiendolos de manera preferente por ser los habitantes más antiguos y, sin embargo, los más olvidados de México. Consultarlos cuando se realicen obras que puedan afectar su vida o entorno y dotarlos de legitimidad jurídica para recibir recursos del presupuesto y promover acciones de inconstitucionalidad de leyes que les afecten.”
La oposición no puede negarse a una reforma en ese sentido, porque es una añeja demanda de los pueblos y comunidades indígenas con más fuerza en el debate nacional cuando surgió el autodenominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Si el PAN, el PRI, el PRD y Movimiento Ciudadano se oponen, tendría un costo electoral. Y justo, nuestro país se encuentra en ruta a las elecciones concurrentes de junio próximo.
Igual si se opone a reafirmar el derecho a la pensión de adultos mayores aumentando el monto año con año, a becas para estudiantes de familias pobres en todos los niveles de escolaridad, a garantizar atención médica integral gratuita a todos los mexicanos, a que los trabajadores sean dueños de sus viviendas, a garantizar el salario mínimo no menor a la inflación anual y la jubilación con el 100%; a que maestros de educación básica, policías, guardias nacionales, soldados, marinos, médicos y enfermeras, ganen al menos lo mismo que los trabajadores inscritos en el seguro social.
Por citar algunas de las propuestas de reforma de AMLO.
Si se oponen, darán al presidente López Obrador y a los partidos miembros de la Cuarta Transformación (Morena-PT-PVEM) bandera de campaña: ‘La oposición no quiso’.
Probablemente por ello el PAN, vía su coordinador parlamentario en la Cámara de Diputados, Jorge Romero Herrera, indicó que va a analizar las propuestas presidenciales. Dijo:
“Lo que sí podemos pensar es en aquellas iniciativas que tengan viabilidad o un impacto benéfico de fondo para el país qué coincidencias vamos encontrando en el camino, que le sirvan a la gente y que le sirvan a México. Esas son las que iremos revisando una por una, y donde vamos a privilegiar y por supuesto van a contar con el diálogo, la participación y en su caso el aval de Acción Nacional”.
“Encontramos coincidencias en el fondo; queremos pensiones dignas, vivienda, internet para todos, apoyo al campo y muchas más. El problema y lo que seguirá ahora será abordar la forma de cómo sí lograrlo, porque el Presidente pareciera que delineó varios buenos deseos en los que nos parece que todas y todos coincidimos para México, sólo que no dijo el cómo…”
Ese es otro problema, que se le va a quedar a quien gane la Presidencia de México, en caso de ser aprobadas las iniciativas. Junto con la Legislatura entrante resolverá de entrada de dónde sacar el dinero para instrumentar los beneficios de las reformas correspondientes.
Mientras tanto, si el PAN está en la disposición de analizar las iniciativas, entonces es probable que con su respaldo sean aprobadas aquellas donde coincida con las propuestas presidenciales.
En donde seguramente habrá las mayores trabas de la oposición (quizá en su conjunto) es en las iniciativas de reformas electorales y al Poder Judicial, así como en las relativas a la desaparición de órganos autónomos.
La reforma electoral no es del todo mala; tiene sus bondades. Por eso, como dice López Obrador, es necesario conocer en qué consisten las iniciativas.
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