No es mala idea la estrategia de Morena, del Partido del Trabajo (PT) y del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) para concretar el “Plan C”: Ganar carro completo en las elecciones de senadurías y diputaciones federales o al menos la mayoría calificada en ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Para que con la mayoría legislativa requerida aprobar las reformas constitucionales planteadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador antes de la terminación de su sexenio o después porque el tiempo es muy breve entre la instalación de la Legislatura y la conclusión del mandato del tabasqueño.
No importa que después, pero que se avalen considerando (es de suponerse) la continuidad que representa la candidata presidencial de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, Claudia Sheinbaum Pardo, en caso de ganar la elección de junio próximo, quien de todos modos necesita mínimamente mayoría calificada para concretar sus propios planes.
Según el presidente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, éste partido, el PT y el PVEM no van en coalición total para las elecciones de senadurías y diputaciones federales, sino en 20 de las 32 entidades federativas y en 260 de los 300 distritos electorales federales, respectivamente, precisamente como estrategia para concretar el “Plan C”.
“Es un cálculo que se ha hecho de manera muy meticulosa, ver dónde tenemos fuerza para tener la mayoría calificada de los senadores. Esta es una estrategia del ‘Plan C’”, dijo.
O sea, según se entiende, como coalición “Sigamos Haciendo Historia” van por ganar las dos senadurías de mayoría relativa en las 20 entidades donde van junto, y en las 12 restantes que Morena gane las dos de mayoría y el PT o el PVEM obtenga la senaduría de primera minoría, que es la que alcanza el partido perdedor que queda en segundo lugar.
En el caso de las diputaciones federales comentó: “Esta es una estrategia de buscar un mayor número de votos para Morena, PT y el Verde, y que con la mayoría de los distritos, hemos hecho el cálculo de plurinominales que estamos proyectando para nosotros y para nuestros aliados para obtener la mayoría calificada.”
Según se entiende, van por ganar en las diputaciones federales de mayoría relativa en los 260 distritos electorales donde van coaligados, además de las diputaciones por el mismo principio en los 40 distritos donde van separados, que estos se queden entre Morena, el PT y el PVEM.
Pero además que la competencia en los 300 distritos electorales y en las 32 entidades federativas permita a los tres partidos políticos obtener el mayor número de votos para garantizar obtener el mayor número de diputaciones federales y senadurías por el principio de representación proporcional (plurinominales).
Algo así.
Parece una estrategia certera. Al menos en un plano ideal. Porque en los hechos hay factores que pueden hacer fracasar el plan “C” en algunas entidades federativas y en algunos distritos electorales. Por ejemplo: La débil fuerza electoral del PT y del PVEM, la falta de presencia o aceptación de las candidaturas, la división interna de cada uno de los tres partidos, etc.
Por ejemplo, en Oaxaca, que es una de las entidades federativas donde los tres partidos políticos van separados (Morena-PT-PVEM), en el 2018 la coalición “Juntos hagamos historia” (Morena-PT-PES) ganó la elección de senadores con 1,088,347 votos, de los cuales Morena aportó 922,851; el PT 122,476; y el PES 43,020.
Y la coalición PRI-PVEM-PANAL quedó en segundo lugar con 438,077 votos, de los cuales 324,405 aportó el PRI; 59,167 el PVEM; y 54,505 el PANAL.
En la elección intermedia a diputaciones federales, en Oaxaca el total de votos del PT fue de 116,858; y del Verde de 64,746.
En elecciones locales la votación petista y verde ha sido más baja. Por ejemplo, en la elección de gobernador del 2022 la coalición Morena-PT-PVEM-PUP ganó con 696,488 votos, de los cuales Morena aportó 570034; el PT 54,931; el Verde 21,033; y el partido local Unidad Popular (PUP) 26494.
Claro, como siempre sucede de elección a elección, las condiciones para las elecciones de junio próximo son distintas.
A ver qué pasa.
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