Elecciones 2024: Votar Xóchitl sí es votar PRI

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En serio ¿quieren el regreso del PRI? La pregunta vale y mucho porque, amén de muy oportuna, se dirige a los votantes que se mal piensan que están votando al PAN si votan Xóchitl y peor, que solo están votando PAN. Qué extraviados. Hay que decírselo todo el tiempo, entonces, con puntual y cartesiana sensatez: si le dan el voto a Xóchitl Gálvez están autorizando que regrese el PRI de toda la vida al gobierno. Sería un absoluto retroceso.

 

El PRI de siempre. El PRI que abandera a Xóchitl Gálvez en esta ocasión. Lo peorcito se quedó en el PRI, que se sepa. Peña Nieto ahí sigue y la runfla de priistas que alardeaban de ser un imposible nuevo PRI que no fue, sino uno corregido y aumentado, ahí siguen y solo podía serlo para mal, como lo fue y lo sabemos todos.

El putrefacto PRI candidatea a Gálvez. Desde la izquierda y simplemente, desde quienes no tienen ninguna necesidad de ver al PRI de regreso de las manos de Xóchitl Gálvez, entrando a hurtadillas y bajo las enaguas de Xóchitl Gálvez y a disponer otra vez del erario a su antojo e incorregible manera corrupta de asumir el erario, entienden con supina claridad que, en efecto, el PRI carece de candidato de siglas o extracción priista. Pero igual saben que eso no quiere decir que no tenga candidata y se llama Xóchitl Gálvez. Ahí es donde está la trampa de sus análisis triunfalistas, minimizándolo.  Y ¡ojo! Los priistas ponen chiquito el logo PRI junto a ella para que no lo detectes y lo rechaces de nuevo, como se sabe que es rechazado.

 

Si ganara Gálvez tendríamos al PRI de regreso con la cauda de desastre y retroceso que siempre significa al encabezar gobierno el PRI. Desgobierno, mejor dicho. Eso pasará si gana Gálvez y ahí está el desastroso sexenio Peña y los 71 años de continuidad cesada en 2000. Hay historia probada, no se habla ni al tanteo o partiendo de suposiciones.

 

Sí, en 2024, la decadencia del PRI es de tal envergadura e inocultable, que no tiene candidato propio, pero eso no le impidió colgarse de la candidatura panista, que, desde luego, es bastante malita. Un ciego guiando a otro.

Sí, en efecto, es sintomático de su putrefacción, atraso y anquilosamiento que el PRI no postule un candidato de extracción priista a la presidencia de la República y si responde balbuceando cual su costumbre, que se guio por encuestas, recuérdese que estas arrojaron el rechazo de los ciudadanos al PRI, a sus siglas, a su historia y a sus miembros. Un rechazo normal y por eso carece de candidato aceptado a priori, dada la contundencia del rechazo ciudadano al PRI. Hay esperanzadora memoria que estamos llamados a robustecer frente a Gálvez como encubridora del priismo, permitiéndole regresar si ganara. Si ya se le rechazó al PRI en las encuestas de búsqueda de candidato ¿para qué favorecer a quien permitirá su retorno por la puerta trasera, que es lo que representa votar Gálvez? Votar Gálvez siempre y en todos los casos es votar PRI, no lo olvides.

 

Ahí en municipios y estados donde es parte de coaliciones, tener al PRI metido en el gobierno de esas localidades es un desastre y un retroceso. Los municipios conurbados del Estado de México son un excelente ejemplo. Dizque ganaron panistas en 2021, pero el priismo se llevó su cuota de poder acordada y así les va de mal a los ciudadanos en esos lugares.

 

Al PRI no le quedó ni un presentable priista para esa tarea de ser su candidato presidencial. Ni uno. Lo normal. Es que un partido tan maleta no podía proponer nada. Ya en 2018 le costó a los priistas Dios y ayuda encontrar candidato y recurrió a un externo, no por amor a la democracia ni al ciudadano independiente, zarandajas que algunos de sus dirigentes balbucearon con enorme torpeza y carencia de sustento, sino porque recurrir a un externo era lo único que les quedaba cuando de sus supuestos millones de afiliados no había ni uno solo, ¡ni uno!  presentable. Que el PRI no se adorne tanto ni entonces ni ahora. Todos sus miembros están quemados por corruptos y pésimos gobernantes. Imposible lavarle la cara al PRI ni entonces y, mucho menos, ahora. Y si todo esto no es verdad ¿dónde está su candidato propio y de extracción priista a la presidencia de la República en 2024?

 

Pese a necear, insistían impresentables como Guajardo o De la Madrid en ser candidatos, bajándose al ver el rechazo ciudadano y el escasísimo, nulo apoyo recibido y una Pareces que ya está igualmente muy vista, advirtiendo los tres la carencia de cuadros y de gente lo mínimo presentable en el PRI. La baraja priista está ajada, desgastada, muy quemada. A los priistas les fastidia que se les recuerde, pero saben requetebién que es verdad. Entonces, el PRI ha tragado con la peor candidatura de su historia, que ya es decir, la de Gálvez. La de Gálvez se resume en ignorancia, ocurrencia, frivolidad y torpeza juntas que ya superan la nefasta candidatura priista de 2012, tarea que parecía imposible, pero es que el PRI se supera a sí mismo y siempre para mal. Se comprende perfectamente bien qué siendo una pésima candidatura, apenas si le pinten un logo priista a un lado, apenas si como de tapadillo, como no queriendo, avergonzándoles como es compresible, prescindiendo de logo por que además, la gente lo rechaza y tal secuestra la bandera; y prefieren deslindar el nombre quemado de unas siglas las más de quemadas, también. Los priistas lo saben.  Empanizan a Gálvez, pues saben que puede tener mejor posibilidad de ganar si no se la une al PRI. Para eso estamos: para unirles y recordarlo: usted no olvide que PRI y Gálvez son sinónimo en 2024. Si vota Gálvez está votando PRI. Siempre.

 

Y es importante recordarlo: si se vota por Gálvez, entonces sí se vota por el PRI que la candidatea. Quienes se mal crean que solo votan PAN o que garantiza eso pureza y transparencia, van muy perdidos en el espacio sideral. Sería un desastre su triunfo.

A todo esto, mientras nos preguntamos qué hace el PRI en la Internacional Socialista, quemándola nada más, Alito para variar solo fue a hacer el más rotundo ridículo cual priista, mal aconsejando a terceros a hablar de lo que desconocen y a propalar mentiras priistas. Vamos, cual sinónimos que son. Por eso, el PRI tiene a semejante dirigente. Desde ahí empezamos fatal. Pues ese es el partido que candidatea a Xóchitl Gálvez. Usted sabrá si le da su voto.

 

PD. Álvarez de Toledo no merece mayor atención. Es una ilustre desconocida en España misma, cuyo peso en España es nulo. Así debe ser en México. Así de la ha de ponderar.