Los pleitos entre políticos han sido la constante en la vida pública de Tabasco. De hecho, el tabasqueño que ha trepado a la mejor posición del país lo logró por su condición de fajador. Ahora mismo, en una de las peores jornadas meteorológicas del estado, una reyerta domina la escena. Se trata del diferendo entre el gobernador Adán Augusto López Hernández y el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, altercado que escaló ayer.
La noche del lunes, los principales noticieros de televisión del país abrieron con la información del choque entre los funcionarios. También durante el día los portales de medios establecidos y las redes sociales se alimentaron del cruce de acusaciones. Los conductores de la TV se detuvieron en el comentario de lo candente de la querella.
Ayer el desencuentro continuó como materia prima de las primeras planas. La noticia de la inundación en sí fue relegada para dársele espacio a la camorra.
Este miércoles por la mañana se estuvo difundiendo en mensajería instantánea la postura del presidente Andrés Manuel López Obrador en torno a la riña entre esos activos de la llamada ‘Cuarta transformación’.
El oriundo de Tepetitán pareció ponerse al lado del responsable de la empresa productiva del Estado, pues terció que la CFE había manejado “correctamente” las presas durante esta contingencia.
Además, a la afirmación de Bartlett de que la demanda de Adán Augusto le daba “risa”, el jefe del Ejecutivo respondió: “Somos tolerantes en cuanto a que se expresen los servidores públicos”.
¿Tiene razón de ser el choque entre el responsable de la “caída” del sistema en 1988 y López Hernández?
A simple vista, la postura del jefe del Ejecutivo local es benéfica para el estado porque reclama que la Comisión Federal de Electricidad pague las afectaciones por el mal manejo de la presa Peñitas.
Pero que algún tribunal le dé la razón a la autoridad tabasqueña es prácticamente imposible. Más ahora que Bartlett puede alegar que AMLO ya reconoció que operó “correctamente” la empresa a su cargo.
La postura del gobernador fue aplaudida por la ciudadanía, aunque la intervención de López Obrador a favor del funcionario federal fue aprovechada por políticos para golpearlo con el argumento de que ha perdido el respaldo del presidente.
La discrepancia entre Adán Augusto y el exsecretario de Gobernación, sin embargo, no ha logrado sacar de la conversación pública el tema de la responsabilidad gubernamental en la inundación actual.
Si bien hay factores naturales que no pueden controlarse, el planteamiento se ha centrado en la falta de acciones en materia hídrica para estar preparados ante este tipo de eventos naturales.
Antenoche, los conductores de los dos principales noticieros televisivos de México aseguraron que el plan contra las inundaciones dado a conocer por el gobierno de la república, venía a ser el mismo que en otras administraciones se ha blandido en temporada de huracanes.
PARA SU INFORMACIÓN…
EL QUE APROVECHÓ la coyuntura para írsele encima al gobernador fue José Eduardo Beltrán Hernández, quien aseguró en Twitter: “En lugar de auxiliar a la gente necesitada. Cosa que no ha hecho. Judicializa un desacuerdo personal y va contra el plan de rescate del presidente López Obrador. Cero sensibilidad social”. Todo apunta a que Beltrán tiene algún asidero de buenas y fuertes “raíces” en la Ciudad de México, pues él solo hace más ruido que toda la oposición choca junta.