En su entidad natal, Oaxaca, el senador Raúl Bolaños Cacho Cué, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), es uno de los prospectos a la sucesión gubernamental 2022.
Así ha sido visto desde cuando su amigo el gobernador priista Alejandro Murat Hinojosa lo impulsó para la senaduría, aunque por el convenio de coalición quedó siglado en el Verde y no en el PRI; fue el acuerdo entre ambos partidos en 2018. ¿Por qué? Seguramente por alguna razón de mucho fondo y de mucho peso.
Previamente, Bolaños Cacho Cué, quien fue su secretario particular en el Infonavit y luego en la campaña a la gubernatura, integró el gabinete de Alejandro Murat como Secretario de Desarrollo Social y Humano, una de las posiciones de más rejuego social y político, además contaba con carta abierta para tomar decisiones.
Sin embargo, Raúl perdió las elecciones y no porque fuera mal candidato, sino porque Morena y aliados traían fuerza de huracán; la coalición PRI-PVEM quedó en segundo lugar y él entró como senador de primera minoría, pues iba encabezando la primera fórmula.
Cosa curiosa, extraña, en una entidad donde gobierna el PRI, este partido le cedió al PVEM la primera fórmula, aunque con un priista: Raúl Bolaños. Y en la segunda fórmula postuló otro cuadro priista: Sofía Castro Ríos, ella sí siglada por el Revolucionario Institucional.
La cúpula priista sabía que las elecciones de 2018 las tenía perdidas en Oaxaca (como en la mayoría del país), entonces solo tenía posibilidades de obtener la senaduría de primera minoría la cual por ley corresponde a la primer fórmula de la segunda fuerza política que quede en segundo lugar.
Y la posición se la entregó al Verde. Se pensó que Raúl Bolaños se declararía priista una vez asumido el escaño, pero no; se quedó en el Grupo Parlamentario del PVEM. ¿En virtud de qué acuerdo? ¿Entre quiénes? ¿Plan de algún proyecto político? ¿Pavimentación del camino rumbo a la sucesión vía otro partido?
Como sea, ahí empezó la diferencia con algunos cuadros priistas quienes vieron con malos ojos que Raúl se mudara al Verde después de haber obtenido el escaño gracias a los votos del PRI, porque la aportación del PVEM fue pírrica. Aunque sigue siendo amigo de priistas, además le guarda lealtad al gobernador Alejandro Murat.
En fin, a pesar de cualquier adversidad, Raúl Bolaños Cacho Cué siguió viéndose en Oaxaca como prospecto a la sucesión, máxime por su cercanía con el mandatario estatal, quien en varias ocasiones lo placeó en giras del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Amén de lo anterior, el senador oaxaqueño entabló buena relación con Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena y por ende presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, sobre todo al principio cuando Raúl se convirtió en líder de la bancada del Verde mientras Manuel Velasco concluía el mandato como gobernador de Chiapas.
Por cierto, Eduardo Enrique Murat Hinojosa, hermano del gobernador de Oaxaca, es suplente de Manuelito Velasco en la Cámara Alta.
Como que hay ciertos acuerdos entre los Murat, Raúl Bolaños, Manuel Velasco y Morena, ¿no? Porque no se puede decir que entre Morena, el PRI y el PVEM. ¿O sí?
En fin, el contexto anterior sirva para preguntar: ¿Tal simbiosis política tiene que ver con la presentación hecha por parte de Raúl Bolaños Cacho Cué del artículo transitorio a leyes secundarias para prorrogar de 4 a 6 años el periodo del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Záldivar, y de los integrantes del Consejo de la Judicatura Federal de 5 a 7 años?
Parece evidente.
Luego entonces cebe otra pregunta: La prórroga a Zaldívar ¿marcará la aspiración de Raúl a la sucesión gubernamental de Oaxaca? Ya sea que se consume dicha prórroga o sea rechazada en la Cámara de Diputados Federal, lo cual es dificilísimo.
(Si logra ser rechazada será por oposición del mismo Zaldívar, pero hasta el momento no ha dicho ni pío).
Marcarla en el sentido de dejarlo fuera de la sucesión debido al señalamiento social y político de haber sido el autor de una propuesta legislativa que mata la independencia del Poder Judicial a partir de la Suprema Corte y del Consejo de la Judicatura.
(Imagínense, el órgano garante del respeto a la Constitución se beneficia del pisoteo que de ella han hecho los senadores que avalaron las referidas prórrogas vía reformas legales y no constitucionales).
O también puede marcarla en el sentido de haberse ganado la candidatura a la gubernatura de Oaxaca al arriesgarse política y socialmente al presentar el polémico transitorio.
Solo lo saben quienes participaron en el acuerdo.
Pero si la prórroga se consuma, Raúl Bolaños Cacho Cué pasará a la historia como el autor de la mayor transgresión a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Y eso sí le puede pesar en el ánimo del electorado.
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