¿Qué necesita Morena para convencer a la clase media?

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Tiene toda la razón la diputada federal Mónica Bautista Rodríguez, del PRD, al decir que si el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, “realmente quiere convencer a la clase media, pues que genere empleos, genere inversión, genere las oportunidades que todos los mexicanos y mexicanas necesitan para alcanzar una mejor calidad de vida”.

Y como el partido político baila al son de su fundador y líder moral, pues es precisamente lo que también necesita promover Morena y su militancia empoderada a lo largo y ancho del país, en gubernaturas, congresos locales, ayuntamientos.

Mucho pueden hacer al respecto las personas legisladoras desde el Congreso de la Unión a partir de la normatividad ex profeso en materia fiscal, económica, presupuestal e inversión, en sentido amplio, no restrictivo; es decir, para generar oportunidades de crecimiento, no para asfixiar a la clase media.

Morena no ha entendido que el desarrollo social (principal eje del proyecto de nación lopezobradoristanecesita del desarrollo económico. 

México no es un país solamente de gente pobre, ni debe serlo.

Bien pidió la diputada a López Obrador dejar de idealizar a la pobreza y humildad, pues “no es ningún privilegio ser pobre, efectivamente este sector ha estado abandonado durante varias décadas por los gobiernos, pero tampoco es para celebrar esta condición de vida”.  

Exactamente.

Y el slogan, principio, lema, o lo que sea, de “primero los pobres” debe enfocarse a generar oportunidades económicas que permita la obtención de más recursos para inyectarlos a los programas sociales destinados en su mayoría a dicho sector.

Y digo en “su mayoría”, porque el mismo presidente López Obrador ya salió a decir que el programa de la pensión para adultos mayores “no es solo para pobres”, el mismo empezará a recibir este beneficio.

Lo acaba de decir. Y si hasta ahora se pregona la universalidad de dicho programa tal vez se deba a una estrategia para hacerlo llegar a los adultos mayores del resto de las clases sociales que no han votado por Morena o que en 2018 votaron por este partido, pero que en 2021 votó por otra opción política o se abstuvo.

O sea, las clases sociales que en la reciente elección le dieron la espalda a Morena, principalmente la clase media.

Caso contrario, quien sabe si el mandatario hubiese salido a hablar de la universalidad del referido programa consagrado en la Constitución Política de la siguiente manera: “Las personas mayores de sesenta y ocho años tienen derecho a recibir por parte del Estado una pensión no contributiva en los términos que fije la Ley.” 

En fin.

Resulta hasta discriminatorio el lema de “primero los pobres” del presidente López Obrador y, en consecuencia, de su partido Morena; va en contra de lo establecido por nuestra Carta Magna cuando ordena que:

Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.” 

Para los morenistas es prioridad la gente en condición de pobreza. Sin embargo, no combate a fondo la pobreza con estrategias eficaces que mejoren las condiciones de vida, sino solamente con programas sociales, que si bien ayudan, no terminan con la pobreza; es más, arriesga a la población a convertirse en dependiente del gobierno.

Y la condición de clase media, nada importa para los morenistas. Incluso, la llegan a considerar como un pecado. Por eso la han olvidado en sus políticas gubernamentales, legislativas y de partido; solo se acuerdan de la clase media cuando hay algo que patear, sobre todo fiscalmente.

Y sin embargo, pululan los morenistas que gracias a su acomodo en cargos públicos, de representación popular o partidistas, han escaldo de la condición de pobres a la clase media y algunos rozan el umbral de los magnates.

SUCESIÓN PRESIDENCIAL Y DE EJECUTIVOS LOCALES 

Lo de menos es que Morena pierda la sucesión presidencial en 2024 y las gubernaturas a elegirse en 2022 y años subsecuentes.

Lo demás es que mexicanos y mexicanas sigan empobreciendo debido a políticas públicas erráticas, pensadas en función de incrementar el clientelismo electoral.

Si Morena cambiase la idea de “primero los pobres” a “todos por igual” concretándola en los hechos con acciones de gobierno en beneficio igualitario a la población en general, sin hacer distingos, tendría garantizada la permanencia en el poder de manera indefinida.

Al final de cuentas como dice la diputada federal perredista Mónica Bautista Rodríguez el presidente López Obrador debe “conducir con seriedad el país y a dar resultados a fin de que la clase media pueda creer en su gobierno, de lo contrario que se vaya olvidando de que su partido político nuevamente ganará las elecciones a la presidencia en el 2024”.

Ya que si la clase media no le pega otro susto como en la Ciudad de México y Morena consigue ganar holgadamente la Presidencia de México en 2024, por lo menos que llegue un morenista con ideas menos clasistas y menos discriminatorias, con más sentido de la igualdad y del desarrollo económico como condición sine qua non para el desarrollo social.

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