Este lunes leí pasmada una revelación sorprendente. La nueva Estructura Programática para el Presupuesto 2022, enviado por la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados, deja en “cero pesos” al programa Seguro Médico Siglo XXI, lo que afectará a más de cuatro millones de niñas y niños, de cero a cinco años. No afecta sólo “familias”.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), en 2019 reportó a poco más de 4.4 millones de criaturas afiliadas a este seguro.
La pregunta obligada es ¿quién está detrás de esos millones de niños y niñas de cero a 5 años? Evidentemente, de manera principal a las mujeres, las mamás, todavía mayoría en este país, asignadas al cuidado de sus hijas e hijos. Esto es: las trabajadoras, quienes atienden, tramitan buscan la forma de paliar enfermedades, algunas graves, de sus criaturas, obligadas por el peso de la costumbre y el mandato de género.
La previsión de Hacienda, en el marco de la “austeridad” para el presupuesto 2022, señala que este seguro creado en 2007 por la administración de Felipe Calderón es “irrelevante”, como en otros casos. Entonces, se cuestiona, ¿qué lo sustituirá?
La reducción elimina lo que queda del programa Escuelas de Tiempo Completo. Un golpe de tajo que afecta no a las familias, sino a las madres. Mientras, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), presidida por la mexicana Alicia Bárcena, más los discursos inflamados de la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman Sylberman las llaman a que se incorporen a la vida productiva, como modo de paliar los efectos desastrosos que la pandemia ha originado en la economía de la región. Una contradicción lamentable.
Es hasta ahora la versión del panista Juan Carlos Romero Hicks, quien dijo que “el gobierno del presidente López Obrador prepara un presupuesto que impactará gravemente la atención de la salud, la educación, la ciencia, la tecnología e innovación, el campo, la productividad y la competitividad industrial”.
Este Seguro Médico Siglo XXI nació con el objetivo de financiar un aseguramiento médico universal para los menores de cinco años, incorporados al Sistema de Protección Social en Salud (SPSS), para acelerar a largo plazo la reducción de la mortalidad neonatal, infantil y preescolar.
El anuncio es, si es cierto, una medida contra las criaturas y las madres, sin duda. Evidencia el enorme desprecio de sus derechos, atenta contra su desarrollo e incorporación a la vida productiva. Está en contra de las recomendaciones para “empoderarlas”, tuerce el discurso igualitario entre mujeres y hombres, pregón vacío antifeminista.
Lo enviado por Hacienda es más amplio. He querido detenerme en este asunto, porque seguimos perdiendo las mujeres, lo que se hace sin miramiento.
No puedo imaginar qué harán las madres cuando desaparezca la atención de 144 patologías infantiles, del aparato respiratorio al digestivo, traumatismos, envenenamientos, quemaduras y otras complicaciones, muy frecuentes en niñas y niños, muy caros.
No puedo imaginar su angustia y cómo hacer con los gastos. La medida, sin reflexión ni perspectiva de género es una desgracia. Ahora el asunto estará en manos de las nuevas legisladoras, a partir de septiembre, a ver si lo enderezan y evitan tanto enredo y escasa sensibilidad. La 4T ya no sabe de dónde sacar más dinero para los programas personales del presidente Andrés Manuel López Obrador. Veremos.
Periodista. Directora del portal informativo SemMéxico.mx