Andanzas de Nacho Cobo; un chicle en el zapato de Slim

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Tercera parte

¿Cómo se conocieron Carlos Slim y Nacho Cobo?

El origen de esa relación comenzó cuando José Mario Cobo González, hermano mayor de Nacho era condiscípulo de Carlos Slim en la UNAM donde ambos estudiaban ingeniería. A ellos les tocó la conversión de la Escuela Nacional de Ingeniería en la Facultad de Ingeniería en 1959. En ese tiempo, a los 19 años de edad, Slim era un estudiante de excelencia y como alumno también se desempeñaba como profesor e impartía la cátedra de Álgebra y Programación Lineal. A su vez Nacho que era tres años menor que Slim cursaba la preparatoria en el CUM.

El Centro Universitario México gozaba de una alta reputación académica. En sus inicios (1918) fue llamado Colegio Francés Morelos estaba ubicado en el centro y fue en 1946 cuando cambió de sede a la colonia Del Valle y de nombre al convertirse en el CUM, siempre bajo la orientación de los hermanos maristas.

Todos los viernes a primera hora Nacho Cobo, como el resto de sus compañeros, tomaban sus clases de religión que consistía en una misa donde todos comulgaban. Las clases de oratoria eran forzosas.

A lo largo de varias generaciones por las aulas del CUM pasaron jóvenes estudiantes que iban a descollar como grandes personajes de la vida pública e intelectual. Carlos Fuentes, Miguel Alemán Velasco, Porfirio Muñoz Ledo, Mario Moya Palencia, Alfredo del Mazo, Sergio García Ramírez, Víctor Flores Olea, Hugo B. Margáin, Miguel Mancera Aguayo, Manuel Bartlett, Gastón Alegre López y Luis Echeverría Álvarez, por citar algunos.

Sobran las anécdotas de muchos de esos personajes.

Manuel Bartlett fue calificado por sus profesores como “un primate muy notable de las selvas tabasqueñas”. Moya Palencia a quien apodaban “El metralleta”, porque siempre jugaba a “acribillar” a sus condiscípulos, se consagró como campeón de oratoria por declamar el poema “Por qué me quité del vicio” de Carlos Rivas Larrauri y que hizo famoso Manuel Bernal “el declamador de América”.

Luis Echeverría Álvarez que fue un alumno de excelencia y quien escribió un pequeño ensayo sobre “Orden y Disciplina”, reprobó la materia de Latín y todavía le fue peor: fue expulsado del CUM por la desaparición de un microscopio.

Nacho Cobo pasó por el CUM sin dejar huella. Su vida giraba entorno de un balón de basquetbol.

En esos años, Slim aún no tenía definida su vocación empresarial aunque desde niño sentía una inclinación por los negocios producto de las enseñanzas de su padre Julián Slim Haddad, un próspero comerciante que había llegado a México en pleno porfiriato, al igual que sus hermanos Elías, José, Pedro y Carlos procedente de Jezzine, Líbano, un país destrozado por la guerra.

La relación de Nacho con Carlos Slim se dio cuando el matrimonio formado por José Ignacio Cobo Gómez y Guadalupe González se trasladó a mediados de la década de los cincuentas de Chihuahua a la Ciudad de México para que sus hijos estudiaran en mejores instituciones educativas que las chihuahuenses podían ofrecer.

Los Cobo tenían diez hijos (cinco mujeres y cinco hombres). Nacho era el cuarto de la familia y llevaba el nombre de su padre, un exitoso ingeniero civil originario del estado de Hidalgo y su mamá, un ama de casa de Aguascalientes.

El ingeniero José Ignacio Cobo era el segundo de a bordo de su colega Enrique Rubio Castañeda, cuando se construyó la Presa Francisco I. Madero del Distrito de Riego 005, en el Municipio de Rosales y aleatoriamente en Delicias, Chihuahua. Ambos fueron los responsables de dicha construcción.

Conocida como “Las Vírgenes” la Presa fue inaugurada el 25 de mayo de 1949 por el entonces presidente Miguel Alemán Valdez, y el gobernador Fernando Foglio Miramontes, aunque su construcción inició durante el mandato presidencial de Manuel Ávila Camacho.

En 2019 cuando se celebró el 70ª aniversario se realizó un homenaje a sus constructores: los ingenieros Enrique Rubio Castañeda e Ignacio Cobo Gómez.

De los hijos de la familia Cobo, José Mario siguió los pasos de su padre, fue así que realizó sus estudios de ingeniería en la UNAM donde conoció a su condiscípulo Carlos Slim Helú quien se había matriculado antes de cumplir los dieciocho años.

Cinco años atrás Slim había perdido a su padre quien hubiera preferido que su vástago realizara estudios de comercio y administración pues desde pequeño lo inició en el secreto de los negocios y le había inculcado el hábito del ahorro. Sin embargo, Slim sentía un gozo por los números y las matemáticas.

Como futuro ingeniero, Slim solía estudiar con su compañero José Mario por lo que era un asiduo visitante de la casa de esa familia en la colonia Del Valle donde solía charlar durante largas horas con el jefe del clan, el ingeniero José Ignacio quien entonces era muy respetado como un prestigiado profesionista.

Nacho, hermano menor de José Mario, hizo migas con Slim no obstante la diferencia de edades. Nacho era un despabilado estudiante preparatoriano que tenía una enorme facilidad para sociabilizar y hacer amigos de a montón.

Fue así que se hizo amigo desde joven de Carlos Slim y Manuel Bartlett, quienes iban a ser figuras claves en su vida.

Continuará…