Séptima parte
En Tabasco, la mayoría de sus habitantes viven en la pobreza, como si estuvieran en una somnolencia profunda y prolongada, lejos de la mítica tierra del Edén. Aquí, en esta entidad, poseedora de una de las mayores riquezas naturales, solo unas cuantas familias se han enriquecido a costa de los demás. Tabasco es el paraíso de la corrupción y de la impunidad.
No hay un solo gobernador que no haya saqueado al estado. Nadie, ninguno, ni el exgobernador Andrés Granier quien se siente un “Santo” y pese a ello pisó la cárcel, como todos los que han gobernado pueden sentirse libres de culpa y arrojar la primera piedra.
Eso lo saben Ignacio Cobo y toda la caterva de políticos y empresarios. Por ejemplo, el suegro de Nacho Cobo, Mario Trujillo se asoció con el profesor Carlos Hank González para la construcción de la Torre Empresarial de Tabasco en la que invirtieron 70 millones de dólares, cuyo edificio fue traspasado tiempo después a Carlos Cabal Peniche. Y ¡Bingo! Mario Trujillo, también fue socio de Cabal Peniche en el Banco Unión, del que Trujillo fue vicepresidente regional, Banco que se encargaba de manejar casi todas las cuentas del presupuesto del gobierno del estado.
La Torre Empresarial es un monumento a la corrupción.
Hablar de corrupción tiene su significado, pero es otra cosa cuando se habla de Hank y de Cabal Peniche, dos auténticos símbolos de la corrupción y la impunidad. Pero también hay otros, como Nacho Cobo y Manuel Bartlett que han sido perfectamente retratados por Andrés Manuel López Obrador, quien hoy finge demencia frente a Bartlett. A cambio, el titular de la CFE se muestra como un perro faldero, sumiso y obediente y siempre pegado a los pantalones del gurú de la cuarta transformación.
Fue Andrés Manuel quien denunció la corrupción en el gobierno de Mario Trujillo, como lo relata en su libro Entre la historia y la esperanza publicado en 1995 por la editorial Grijalbo, en el que se refiere a los negocios inmobiliarios entre Manuel Bartlett y Nacho Cobo, cuando el suegro de este último, se desempeñaba en el cargo de gobernador.
Escribió López Obrador en su libro:
“En ese sexenio, por hablar sólo de un negocio, los terrenos de Manuel Bartlett Díaz, que había heredado de su padre, Manuel Bartlett Bautista, fueron urbanizados de una peculiar manera.
“Bartlett hijo se asoció con el yerno de Trujillo, Ignacio Cobo, y ambos acordaron que éste se encargaría de introducir todos los servicios públicos (pavimento, agua, drenaje y energía eléctrica) y una vez concluido el trabajo se dividirían por mitad el nuevo fraccionamiento residencial Framboyanes.
“Así ocurrió, pero claro está que todas las obras de infraestructura se hicieron con cargo al erario…
“Cualquiera que sea el escenario posible en el derrumbe del antiguo régimen político mexicano, lo cierto es que Bartlett en Puebla, (Patricio) Chirinos en Veracruz, (Rubén) Figueroa en Guerrero, (Roberto) Madrazo en Tabasco, (Víctor) Cervera Pacheco en Yucatán o (Ausencio) Chávez en Michoacán, están desatados, actuando con plena impunidad. Han tomado el federalismo como patente de corso para atropellar los derechos individuales y políticos de los ciudadanos”, escribió Obrador.
Ante la enorme corrupción de los últimos gobiernos, se refirió también en ese libro al tema de la “corrupción” como el motivo principal de la disputa con Madrazo y el grupo que lo sostiene. “Detrás de Madrazo –escribió AMLO–, siguen estando Hank, Gurría, Nacho Cobo, Trujillo, Rovirosa y muchos otros contratistas y empresarios que quieren seguir medrando a costa del presupuesto público. Sin embargo, un amplio sector del pueblo de Tabasco ha comprendido que la democracia es la única medicina para combatir este mal y hacer valer la justicia”.
Obrador denunció también la corrupción de la prensa donde pocas familias, entre estos los Cantón Zetina y los Cobo-Trujillo como beneficiarios del presupuesto público.
Tan solo, por poner un ejemplo, cita Obrador, en un solo año (1992) en pleno salinismo, se gastó el equivalente al presupuesto de cinco de los 17 municipios del estado en propaganda política para impedir que el PRD ganará las elecciones. En Tabasco, los Cantón Zetina y los Cobo-Trujillo pusieron sus medios de comunicación a la disposición del gobierno salinista.
A ellos se refiere Obrador en su libro cuando señala: “Hay empresarios del periodismo que mediante el chantaje a gobernantes débiles e inmorales han levantado en pocos años verdaderas fortunas”.
Con la llegada de Morena al gobierno esos grupos dejaron de percibir las millonarias cantidades a las que estaban acostumbrados. El gobernador Adán Augusto López Hernández por órdenes de Obrador les cerró las llaves del presupuesto. Esos medios lejos de mostrarse críticos se muestran débiles y subordinados al obradorismo.
Pese a ello Nacho Cobo dice que Obrador “es un chingón” y los Cantón Zetina, endiosan a su paisano al que tratan como un verdadero Mesías. Pero en privado, Nacho Cobo quien perdió muchos de los privilegios al amparo del poder, se reúne un día sí y otro también con los “enemigos” de Obrador, con quienes desayuna, come y cena siempre en una conjura contra el inquilino de Palacio.
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Mañana la octava y última parte de esta serie sobre el poder, dinero y corrupción en Tabasco, con el tema: Cómo se enriqueció Nacho Cobo y el falso paraíso tabasqueño.