Historias del Tapado 9: El fenómeno del Tapado

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Con el paso del tiempo, y el regreso del PRI a la Presidencia de la República, la figura del Tapado ha adquirido dimensiones casi míticas. Revalorado por analistas políticos, el ritual de buscar en las palabras, gestos o ademanes del Presidente alguna pista sobre su posible sucesor, se ha vuelto nuevamente parte de los análisis políticos y comentarios de los analistas ocasionales.

 

Las claves

Una de las actividades favoritas de muchos ciudadanos es jugar al futurismo –casi tanto como tratar de corregir al entrenador de un equipo de fútbol–. En cafés, pláticas con amigos, vecinos o familiares, las especulaciones acerca de quién será el “bueno” para alguna candidatura no faltan.

Décadas de hegemonía priísta han educado políticamente a muchos mexicanos en el arte de buscar claves en cualquier evento público o discurso para tratar de dar con el que será señalado por el dedo del gran elector.

En el libro El País de la Magia, entretelones de la sucesión, Javier Lozada y Neftalí Celis abordan el tema de la sucesión en el periodo tricolor, para compartir con los lectores algunas de las partes del ritual que la clase política dominante antes de 1994, seguían para en ungimiento del candidato priísta.

Así, los autores comentan que se trata de un proceso en el que cada presidente saliente le imprime su propio sello: “Lo que no enseña y demuestra todo este bosquejo de sucesiones presidenciales, es que cada una de ellas ha sido distinta. Cada presidente ha impuesto su propio estilo en la forma de manejar la sucesión”.

La descripción que hacen de todo lo que implica este proceso, poco reconocido por sus propios protagonistas, implica un conjunto de actores que, conscientes o no, toman parte en una obra que tiene como fin revelar un solo nombre y transferirle el Poder.

“El secreto político sobre los hombres del poder y su pensamiento se regodea en las ilusiones prácticas de los que están en el juego. El tiempo del tapado actúa como termómetro social; comienza la especulación alrededor de los ‘posibles’; se abre una especia de libre juego entre los que se sienten más próximos a la cumbre del poder, y se constata prácticamente la relación entre los finalistas y el pueblo que, organizado o no, forma también parte del juego.

“La prensa y en general los medios masivos de comunicación adquieren una significación especial. Se reseñan actos políticos, discursos, declaraciones, preguntas y respuestas, se ilustran los textos con fotografías, con caricaturas, con tomas especiales y todo lo que la opinión pública recibe son una serie de claves con la que cada quien y como puede armar su propio rompecabezas.

“De entre los ‘elegidos’ unos avanzan, otros retroceden, algunos se excluyen, otros se destapan y todos se cuidan hasta que llega el momento de la decisión final que unifique voluntades alrededor del hombre, de aquél que por sus cualidades, conocidas o no, asegure la continuidad”.

 

Tradición contra actualidad

En nuestros días, hablar del tapado se hace necesario ante las evidencias de que el mandatario en turno jugará con las reglas que su partido impuso a lo largo de los 70 años que estuvo en el Poder. La reedición de este fenómeno es posible, en tanto se sigue el libreto que ha sido utilizado en ocasiones anteriores.

Así, se cuenta con una baraja de presidenciables para que todo el peso de la crítica no liquide a uno o al favorito. Los involucrados niegan dicha condición y alegan trabajar por el país. Los medios siguen sus pasos y los analistas tratan de encontrar pistas que indiquen quien está más cerca del ánimo presidencial.

Los partidarios o detractores entran en acción, difundiendo sus cualidades o su oscuro pasado, según sea el caso, en tanto que el ciudadano mira entre indiferente e interesado el circo que se monta con relación a los movimientos que se dan en el carrusel político.

Incluso los partidos de oposición entran al juego, imitando en ocasiones los procedimientos tricolores, jugando con las formas o hablando de lo que hace el PRI y sus destacados militantes, por lo que ayuda a que éstos reciban atención del ciudadano.

La moda impuesta por Vicente Fox, de adelantarse a los tiempos y presentarse como abanderado con años de anticipación, si bien ha sido seguida incluso por priístas, no ha jubilado el procedimiento para que desde la silla presidencial se determine quién será el sucesor. Sólo ha incorporado otra forma de conseguir candidatos.

Parecería que hablar del tapado es algo anticuado, pero por la forma en que se conducen políticos, militantes y analistas, hablar de este tema es hacerlo de una parte de nuestro sistema político que sigue vigente a pesar de los cambios que se han dado en nuestro país. Parece que la tradición instituida por el PRI se niega a morir.