El 2023 es predominanmenete electoral, no solo porque habrá elecciones locales en dos entidades federativas (Estado de México y Coahuila), sino también porque inicia el año electoral para los comicios federales 2024, cuya joya de la corona será la Presidencia de la República.
También es el inicio de los procesos electorales locales (concurrentes con las elecciones federales) en alrededor de 30 entidades federativas, en ocho de las cuales se elegirá gubernatura: Chiapas, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán, Guanajuato, Jalisco, Morelos. Además de la Ciudad de México con renovación de la jefatura de gobierno y alcaldías.
En el resto de las entidades (de las 30) empezará el proceso electivo para elegir diputaciones locales y ayuntamientos, o solamente diputados o nada más ayuntamientos.
Y en este 2023, en proceso extraordinario Tamaulipas elegirá una senaduría en la jornada electoral prevista para el 19 de febrero.
Uf. ¡México totalmente elecciones! Con cambio en el plazo del inicio del proceso electoral federal: En noviembre en vez de septiembre, conforme a la reforma a la ley secundaria en el “Plan “B”, que aun no entra en vigor. Y dependiendo de lo que ocurra en el Senado, quizá las Legislaturas de los estados homologuen fechas.
2023, un año de prueba de fuego para todos los partidos políticos, pero principalmente para Morena y aliados, y para la alianza PAN-PRI-PRD en la disputa por las gubernaturas de Coahuila y del Estado de México, entidad que por cierto es una de las mayor concentración de electorado en el país, entonces representa una importante fuente de votos para el 2024.
Se imaginan si Morena gana ambas gubernaturas, tendría 22 sumando las 20 que ha venido ganando desde el 2018: Baja California Sur, Baja California, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Puebla, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas, aunado a las recientes victorias de Quintana Roo, Oaxaca, Hidalgo y Tamaulipas.
En 2022, el partido guinda se llevó cuatro de las seis gubernaturas que se renovaron en ese año: Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas.
Y aunque Coahuila y el Estado de México son entidades significativas (sobre la última) la verdadera prueba de fuego de Morena es el 2024, donde tendrá el reto de retenar cuatro de las ocho gubernaturas: Chiapas, Tabasco, Puebla y Veracruz, así como la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Si las pierde, puede que entonces empiece la debacle de Morena porque perdería tres de las entidades en el Sur-Sureste, bastión del partido guinda. Maxime si no consigue ganar todos o algunos de los estados gobernados por la oposición: Yucatán (PAN), Guanajuato (PAN), Jalisco (Movimiento Ciudadano) y Morelos (Encuentro Social que en esa entidad parece jugar distinto al morenismo).
Eso en cuanto a gubernaturas, a teñir de guinda la geografía electoral local.
Pero respecto a elecciones federales, obviamente que la batalla se concentrará en la Presidencia de la República: Morena pretenderá retenarla y la oposición quitársela. O por lo menos llevarse la mayoría en ambas cámaras del Congreso de la Unión, más que para hacer un contra-peso en beneficio de la ciudadanía, para ir minando la fuerza morenista.
Así que, siendo 2023 año eminentemente electoral, lo mismo que 2024, de aquí en adelante la clase política y los gobiernos de todas las filiaciones y de los distintos órdenes se moverán en función de propósitos electorales.
INE
Y aunque no es una elección directa, en 2023 se renueva la presidencia del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) y tres consejerías.
De hecho, el procedimiento ya está en marcha; la próxima semana empieza en la Cámara de Diputados la recepción de documentos de las personas aspirantes a formar parte del máximo órgano de desición del árbrito electoral nacional.
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