Lo bueno de la insaculación, y la impugnación del PAN

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La insaculación fue el mejor método para la designación de la consejera presidenta y las tres consejerías del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE); menguó la confrontación entre las fuerzas políticas actuantes en la Cámara de Diputados.

La insaculación aminoró las acusaciones de la oposición contra Morena de agandallarse todo, y del partido guinda en contra de sus opositores de pretender poner “cuates” y “cuotas” en el órgano de máxima decisión del arbitraje electoral.

Aminoró por lo menos en el momento de la sesión del Pleno legislativo en la cual todos los grupos parlamentarios (salvo el de Movimiento Ciudadano) estuvieron de acuerdo con el procedimiento al azar, que establece la Constitución Política en la hipótesis de falta de consenso en la Junta de Coordinación Política para realizar las designaciones directamente.

De manera directa o por insaculación de todos modos Morena llevaba las de ganar porque el Comité Técnico de Evaluación como primer filtró preseleccionó finalistas “afines” al partido guinda, principalmente las mujeres que conformaron la quinteta para la presidencia del Instituto.

“Afines” entre comillas porque en ocasiones se juzga a las personas finalistas por nexos de sus familiares o por trabajos que han tenido en el gobierno. Pero no necesariamente todos los miembros de una familia tienen la misma ideología, ni el hecho de prestar servicio público en la administración de determinado color hace a la persona militante de partido.

Igual se le puso etiqueta a consejeras y consejeros en la primera integración del INE que encabezó Lorenzo Córdova Vianello. Pero harto ya se ha hablado de todo ello. Es momento de conceder el beneficio de la duda a la consejera presidenta, Guadalupe Taddei Zavala, a la consejera Rita Bell López Vences y a los consejeros Arturo Castillo Loza y Jorge Montaño Ventura.

Si hubiera habido acuerdo de la Jucopo, seguramente las personas designadas serían otras. Por ejemplo, Bertha Alcalde Luján en la presidencia del Instituto. Pero la suerte favoreció a quienes resultaron mediante el procedimiento de insaculación.

IMPUGNACIÓN DEL PAN

Sobre todo a la consejera presidenta por lo que representa el cargo; designación que, por cierto, fue impugnada por el Partido Acción Nacional (PAN) junto con la de Jorge Montaño.

Según este partido, Guadalupe Taddei “no cumple con la idoneidad que requiere el cargo de consejera del INE por sus nexos políticos con Morena”  “no cuenta con cédula profesional con antigüedad de por lo menos cinco años, con lo que acredite haber cursado alguna carrera a nivel licenciatura”.

Y “Jorge Montaño del 4 de enero de 2021 a la fecha se ha desempeñado como titular de la Fiscalía de Delitos Electorales del Estado de Tabasco, lo cual incumple con el principio de elegibilidad”.

Ups. ¿Y por qué el PAN no impugnó antes? Por ejemplo, cuando el Comité Técnico de Evaluación dio a conocer la lista de aspirantes que reunieron los requisitos a las consejerías del INE, incluyendo la presidencia; o, en su caso, cuando hizo públicas las cuatro quintetas.

Aunque no es lo mismo una Fiscalía General, que una en materia de Delitos Electorales. Y la ley no exige cédula profesional, solo título de nivel licenciatura con antigüedad mínima de cinco años.

De cualquier modo, si el PAN tenía elementos para cuestionar la elegibilidad, la honestidad y la idoneidad de ambas personas, lo hubiese hecho oportunamente.

A ver qué resuelve ahora el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en cuyo portal aún no había ninguna sesión agendada para celebrarse este mismo lunes antes de la asunción a los cargos.

REFORMA

Lo que sí queda claro es la necesidad de que las cámaras del Congreso de la Unión realicen una reforma para perfeccionar el procedimiento de selección de las consejerías del INE, así como para incrementar los requisitos de elegibilidad; en éstos establecer por ejemplo:
Contar con cédula profesional con determinada antigüedad, no tener parentesco con personas con cargos en la administración pública de cualquier órden de gobierno, no ser militante de partido político alguno, etc.

A riesgo de que algunos de los requisitos afecten derechos humanos. Pero quitando aquellos que los afecten, sí son necesarias más restricciones para acceder a las consejerías si acaso los partidos políticos quieren un árbitro electoral con algo de más pureza.

Por lo pronto, la asunción de la consejera presidenta y de las tres personas designadas en consejerías se programó para el Lunes Santo

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