Intercampañas. Entre el desconocido Álvarez Máynez y las ilegalidades de Xóchitl 

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Poco antes de terminar las precampañas, Samuel García presentó al candidato de MC Álvarez Máynez como su compadre. Le pasaba la estafeta, dijo, y parecía una escena entre vetustos políticos del siglo XIX que son compadres y al poder se los transfieren solo entre ellos como quien se pasa un caballo a otro, por ser de su exclusiva propiedad. Escena más contraria a la democracia no puede hallarse. La frivolidad de García solo respaldaba la opinión negativa a su persona, a Movimiento Ciudadano y generaba un sentido y legítimo ¿y quién es este wey? al aludir cualquier ciudadano al tal Jorge Álvarez Máynez, quien en esa escena portaba un calzado naranja fosforescente, es decir, comprándose ir calzando frivolidad y ridiculez superlativa a falta de propuesta seria, al volverlo parte de la imagen y el discurso huecos de Movimiento Ciudadano. Más ridículos, imposible.

Esta columna pregunta: ¿qué le debe la Patria a ese ilustre desconocido que es Jorge Álvarez Máynez, como para que sea presidente de México? La verdad es que méritos sabidos no se le conocen. Que sea compadre de García, como lo llamó, no le alcanzará. En la semana que terminó, con voz quebrada gritó que México ya tenía presidente (varón). Qué lastima que vaya a contrapelo del sentir ciudadano. El 84% de la gente está de acuerdo en que llegase una mujer a la presidencia de México en esta oportunidad. Quién sabe de dónde se cree el emecista que ganará. Otro Cuadri. Otro Margarita Zavala. Cómo pululan en tiempos electorales los candidatillos de paja.

 

Como es un ilustre desconocido, algunos opositores inteligentes (sorprendentemente, los hay) no se han lanzado a llamarlo esbirro de López, pues saben que este nuevo no pone en peligro los votos a Gálvez. Así de patéticos en sus análisis.

 

Que lo sepa Álvarez Máynez, MC no es opción dada su cuestionable trayectoria. Votarle sería retenerle en el cacicazgo de nulo aporte a la Patria. Más bien, los ciudadanos tienen la enorme oportunidad de pasar de largo, dejar ya atrás a un partido torcido, uno que jamás ha representado ni democracia ni beneficios para las mayorías. Que sí, mucha gente de buena fe se le pega, pero eso no hace mejores a sus impresentables dirigentes y gobernadores de Jalisco y Nuevo León, por ejemplo. Así que ¡next!

 

En cuanto a las ilegalidades de Gálvez, la más interesante es su majadera y acosadora necedad que raya en preocupante obcecación por necear conque Sheinbaum debata con ella, pidiéndolo de ¡ya! y muy aparte de los debates que la ley exige cuando llegue la campaña. Como apenas si se entera de que es candidata, a Gálvez se le va la olla con los tiempos electorales marcados por la ley y pretende violar la ley debatiendo en tiempos de silencio electoral y arrastrar en su ilegalidad irredenta a Sheinbaum. Xóchitl Gálvez es ilegalidad.

 

Como no se trata de tomarse un café ni de un inocente intercambio de ideas, sino de dos candidatas a la presidencia de México, cuyos rol y rango no serán ya disputados por nadie en sus partidos, los amagos y terquedades de Gálvez llamando a cometer actos ilegales la colocan en una postura de ignorante que no quiere entender. Muy grave, sin duda.

 

A los lectores recordarles varias cosas: Gálvez fue impuesta, rehuyendo la supuesta y ofrecida encuesta final que la catapultaría o no al puesto de candidata, pues su padrino, el Señor X, prefirió jugársela con ella antes que oír a la ciudadanía. Así que es mentira que ella sea producto del apoyo de las mayorías. También recuérdese las tonterías que recién lanzó Aguilar Camín –tan opositor a López por perder millonarios contratos que, cual sanguijuela, chupaban al erario y no puede esperarse un aplauso a López– quien sostiene  una ridiculez, pues no estamos eligiendo entre democracia y dictadura, porque ni López es dictador ni lo es Sheinbaum. De ser una dictadura –repetirlo por la oposición ya los coloca a estas alturas en calidad de tontos– él estaría hace ya rato en la cárcel por insultar frecuentemente al presidente. Tampoco Gálvez representa la vida, la verdad y la libertad como sostiene Aguilar Camín en su ya preocupante dispersión. Vida, ¿con el PAN apoyándola, que llevó a este país a la guerra del narco por dejarlo crecer y solaparlo el panista Fox? Imposible.

 

¿La Verdad? ¿con el PRI de apuntalador? ¿cuándo el PRI ha sido la verdad? y libertad,  jamás, no lo es cuando solo es libertad como lo fue hasta 2018, una “libertad” para unos cuantos. Para otros, unos pocos más, libertad coartada, mediatizada, negociada en casos como solapar el desfalco permitido al PRI en el sindicato petrolero con Deschamps, que este gobierno sacó de la jugada, o a los grandes empresarios a costa del Estado. Eso no fue ni es libertad, que es lo que ofrece realmente la Gálvez, una “libertad” solo para unos pocos. Y lo más significativo a destacar y a no olvidar, además de desmentir a Gálvez de que su campaña es pobre y carece de dinero. No es así. Aparte de ser apoyada por los mismos políticos vetustos de siempre, a su campaña la oligarquía le mete mucho dinero, porque quieren sacar a Morena que les negó sus jugosos negocios. La campaña de Gálvez sí tiene y mucho dinero. Que no se haga la santa ni la pobretona ni vaya de lacrimógena por la vida. Y lo más trascendente: recuerden que votar Gálvez es permitir, es ayudar, es facilitar el regreso del PRI escondido en su huipil y disfrazado del demócrata que jamás ha sido. Queremos recordarlo: si votas Xóchitl Gálvez, votas PRI.

 

Votar Gálvez es votar a la marioneta de la oligarquía, cuya cara visible de momento es Claudio X. González y será manejada por aquella y por aquel en detrimento de México.

 

No lo pierda de vista y Gálvez se ha cuidado mucho de no salir junto al logotipo PRI que rechaza la gente. Pues dígase con total contundencia: si votas Xóchitl Gálvez, votas por el regreso del PRI.

 

La oposición dice muy extraviada que un dólar bajo o el aumento en ingresos del país no es por López, mientras se le atraganta el Tren Maya. Pues, dígase también: por López nunca fuimos ni Cuba ni Venezuela, como aseguraron los opositores que lo seríamos si ganaba en 2018, mintiendo que lo seríamos y ni lo fuimos ni lo somos. Sus mentiras, como oposición nuevamente quedaron al descubierto. Para una transformación de cuarta, tenemos una oposición de quinta, ya se ve.

 

¿Cómo se puede ser candidata y pretender ser presidente de México ofreciendo Gálvez semejante y patético cuadro?  si en lo más elemental viola la ley electoral, queriendo romper los silencios electorales impuestos por la ley en intercampañas ¿y se dice asesorada por los mejores? Ya. Los De la Madrid, los Guajardos, los Gurrías…sí, los mejores, dicen, y ya se ve los resultados: una candidata que no levanta y carece de rumbo y propuesta. Puros tropiezos de Gálvez, sostenida en un equipo de impresentables prianistas.

 

Ahhh, y ahí va el porrista Lorenzo Córdova a apoyarla, el neutral, dice, a hacer el mayor de los ridículos y a mostrar la parcialidad de siempre. Qué sujeto tan patético. Hablará de democracia, él, el menos indicado para referirla. Dios los crea, no cabe duda.