A partir del descredito total de la Comisión Federal Electoral por el manejo que hizo Manuel Bartlett Díaz como secretario de Gobernación de las elecciones presidenciales de 1988, el presidente Salinas de Gortari concedió prioridad a la modificación del organismo para una reforma gatopardiana: cambiar para que las cosas siguieran igual.
El IFE nació, como la Comisión Federal Electoral, con la presidencia del secretario de Gobernación, entonces Fernando Gutiérrez Barrios, y la dirección primero de Emilio Chuayffet y después el experto electoral Arturo Núñez Jiménez, dos priístas operadores.
La estructura de Consejo Electoral fue creada en 1994 al calor del alzamiento zapatista y de las tensiones en el PRI que se agudizaron con el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio. Los primeros seis consejeros electorales fueron designados por Salinas de Gortari con criterios políticos: el entonces director de la Coparmex Santiago Creel Miranda, el periodista vinculado al PRD Miguel Ángel Granados Chapa, el activista político José Agustín Ortiz Pinchetti, el investigador Ricardo Pozas Horcasitas, el militante socialista José Woldenberg vinculado a Aguilar Camín y el funcionario institucional Fernando Ríos Zertuche.
La función del Consejo electoral fue apabullada por el secretario de Gobernación designado a raíz del colapso zapatista en Chiapas, el académico y exrector universitario Jorge Carpizo MacGregor, articulado al grupo de Carlos Salinas de Gortari vía Manuel Camacho Solís. Este Consejo General quiso desplazar de la opinión pública al Grupo San Angel formado por intelectuales, activistas de la sociedad civil y figuras políticas excluidas de sus partidos.
El escenario planteado por este Grupo fue el de choque de trenes derivado del clima de inestabilidad por el EZLN. Sin embargo, la explosión político-electoral fue desactivada con habilidad por el presidente Salinas al someter a control al candidato panista Diego Fernández de Cevallos. El saldo electoral benefició el candidato oficial Ernesto Zedillo con 23 puntos porcentuales arriba del panista.
La reforma electoral de 1996, pactada por Zedillo con el PAN para contener al cardenismo, sacó definitivamente a Gobernación del IFE y entregó todo el poder al Consejo Ciudadano en la figura del activista ya domesticado Woldenberg. La crisis electoral del 2000 fue desactivada por la decisión de Zedillo de retirarle el apoyo a su candidato Francisco Labastida Ochoa y aceptar las tendencias electorales a favor del candidato panista Vicente Fox Quesada. El acuerdo de reconocimiento a la alternancia se basó en el apoyo del Gobierno de Clinton y al compromiso de Fox de mantener la continuidad del modelo neoliberal con Francisco Gil Díaz como secretario de Hacienda, entonces ya considerado como el jefe de los Chicago boys mexicanos.
La prolongación del PRI en el poder fue sustituida por la continuidad del modelo económico neoliberal salinista hasta finales del Gobierno de Peña Nieto en 2018. Y en esa operación política el INE salinista jugó un papel determinante.
Juego de las sillas
- Los indicios revelan que la iniciativa de reforma político-electoral del presidente López Obrador no tiene hasta hoy la mayoría necesaria, pero sí existen datos que revelarían posibilidades de negociación sobre todo porque se vienen la elección legislativa de cuatro nuevos consejeros electorales para abril de 2023.
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